Mi pequeña historia de Almendralejo

martes, septiembre 27, 2016


                             AMOR A LA TIERRA



Mirar sin ver ni palpar, sentidos de campos tan bonitos, que dan sin arrancar los sentimientos.

 Campos de secanos, su ritmo sobre la sementeras, sobre barros esparcidos en el barbecho, que pule el agricultor, queriendo buscar el horizonte de un andar, donde el tiempo marca estaciones sobre lienzos de terrenos.
 Todos los días se pone el sol sobre el horizonte lleno de cumbres, que marcan los puntos de referencias sobre la ida y vuelta del camino gigante, que marca sobre padrones despintados, que cada día toman rumbos, como queriendo descubrir  nuevos horizontes.

  Sin sentir cobardías, marcando sobre los surcos, caminos diestros para ver campos de barros,  sobre un lienzo inmenso, donde la vic y el olivo forman el paisaje de vidas, de historias tan bonitas que el agricultor se despisto y un día tomo el cielo para desde allí ver campos llenos de sueños.

La vida la soledad de campos, sobre el atardecer de un ir y venir, sin ver mas que el verdor mezclado con el ocre del estío.

Que arte ver campos donde la naturaleza busca la belleza, de lo que la tierra hace brotar y sus manos cosechar.

Sueños legendarios, que marcan sobre senderos, que se retuercen buscando lindes sembradas de herencias de sembrados, que se dejan ver con  semillas de antiguos arboles, que el agricultor abandono, dejando el recuerdo de aquellas manos, que buscaban su interior buscando la luz del ser que empezó a vivir en los Campos de Barros.

Se pone el alma sin pensar que la equivocación, aria del labrador, que un día empezó a ver y saber que los sueños inalcanzables, no son mas que nubes que dejan aguas  en el campo del horizonte, sin dejar de formar sueños en su frente.

 Se vieron envueltos por el olor a campo y conocimientos, el porque el viento al atardecer silva y acaricia manos y cara marcando, pasos en lo vida que cada cual, tomamos sin pensar en ganar.

 Como si un libro se abriera en el amor a la tierra que le hizo y formaron los sueños por conseguir un surco hacia el horizonte.

 Que marcaban los sueños que dejaron sobre la tierra, recogidos por otros anhelos, que empezaron amar la tierra, que sus ancestros derramaron con sueños, en el leve descanso de un alto, dormitando sobre el "Jato".
 Terreno de tierra que trae trabajos, que cuelgan del cielo y se dejan caer cuando los sueños son abandonados por no querer dejar de soñar.

ISABEL CORONADO


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