UNAS GAFAS EN ALMENDRALEJO
Era se una vez una gafas en un escaparte, risueñas por ser
las elegidas, decían sin cesar.
Un día fueron
elegidas y puestas en una cara graciosas con ojos simpáticos a los que le daba
visión.
Era divertido caminar sobre las narices risueñas que constantemente estaba estornudando.
Gafas tan alegres que una vez caminando en la noche se volvieron mágicas y
empezaron a escalar por las nubes y situarse en un nublado llorón que sin cesar
vertía sus lágrimas por los campos a los que encharcaban sin cesar.
De pronto una tormenta enfadad lejana al ver las gafas se acercó lanzando
rayos tan fuerte y musculosos que cuando
lanzaba un puño salían rayos que se
cruzaban sobre el cielo tan negro que
sus rayos iluminaban y las gafas pensaron
que era mejor deslizarse hacia el bolsillo donde estaba su funda y
resguardarse, fue y volver a las nariz de la que escapo.
Y caer dentro de su calentito aposento y resguardada sintió caer
la lluvia sobre el abrigo que la cobijaba y el calor De la mano que la
acariciaba.
ISABEL CORONADO
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