lunes, diciembre 15, 2025
domingo, diciembre 14, 2025
Todos los años llegaba la navidad , despacito sin apenas darnos cuenta, el frio de diciembre, oscurecían rápidos eran días sin apenas tardes.
El frio fino, ese que se colaba por las astillas de las puertas, el olor del humo que cuando revocaba el aire dentro de la chimenea se entraba para dentro de la estancia haciéndonos, llenando los lagrimales de una llantina.
El fuego de la chimenea, estaba echo de cuernos de cepas y sarmientos, unidos a ramas de poda de olivos que al estar a un verde ardían mal y daban un olor a "Zorruno".
Los cuentos navideños eran tan imaginativos, que hacia que esperáramos ilusionados que vinieran del campo de los quehaceres de jornalearía, sentarnos alrededor de la chimenea debajo de aquel enorme topetón.
Cuanta fantasía había en aquella paredes, imprimidas, el rugir de las cañas del techo cuando la escarcha se adueñaba de la arcillas de las tejas, y el calor de la candela, convertía en agua, que rodaba sobre las canales, cayendo el agua en el tarro o tinaja del patio.
Pronto venían vecinos a curiosear, a sentarse, buscar sitio para recibir, calor que había que repartir.
Mi abuelo con el pitillo en la comisura del labio, se levantaba, abría la puerta de la cocina, se colocaba bien la pelliza sobre los hombros, se calaba la gorrilla, miraba para el cielo, diciendo siempre que estaba raso que no iba a llover.
Cosa que siempre era lo mismo, una vez, cogidos los troncos, abrir la puerta y volvía entrar en la cocina, se iba a la chimenea, hurgaba la lumbre, colocando bien la leña, se refregaba las manos, la ponía cerca de la lumbre para calentárselas.
Todos expectantes, para que empezaran, con sus relatos, comiendo, aceitunas machadas que tanto gustaban, escuchado la lluvia, caer en encima de las tejas.
Eran atardeceres lánguidas, en que pronto se mesclaba, con la noche, caminando por las mentes de los presentes.
Un silencio se hacia presente era como si todo se parar, solo se escuchaba el desvencijado reloj de la abuela que le costaba marcar el tiempo.
De pronto uno salía diciendo, que en las noches de inviernos siempre con la llegada de la navidad, en las casa aprecian duendes, que dormían en las ramas de los arboles, que entraban en las casa buscando calor.
Era necesario quedar encendida la chimenea con lumbre, era mejor que durmieran, para evitar su magia, que con la llegada de la Navidad, se volvían revoltosos, haciendo que los regalos se acababa rápidos y abecés no habían bastantes para todos los moradores de las casas.
Y como los duendes, eran muy frioleros, buscaban casa calentitas, para hacer realidad, los deseos, no gustando las casas frías, no eran su preferidas.
Quien vieron estos duendes, contaban, que tenían cascabeles en sus orejas, para hacerse sentir, pues no querían ser vistos, eran llamados los duendes de la navidad.
Intentando consolarnos, de esta manera, la posibilidad de la carecía de un presente en la mañana de reyes.
Tambien gustaban que tuvieran los pies limpios los habitantes de la casa, de hay que la noche antes todos la noche antes, corrieran a lavárselos, refregando con estropajo de soga, calentando agua en un cubo, de cid arrimado a la candela que ponía el agua tan calienten, que abecés los pies mas que lavarlos el agua los escaldaban, pero aguantaban para que el jabón desecho con el calor es comandaran mas
El orador proseguía, pero al hablar todos a la vez, se daba cuenta, de las carencias falta de fantasía, riendo, proseguía, que creer es tener fe, ser listo, evitar a los espabilados, que esos son los que no quieren los duendes.
El caso era entrar en situación los presentes, que el que llegaba y se iba incorporando a la tertulia, haciendo que la interrupción, quitara emoción a la historias.
En contador, sabia darle emoción a la estancia, solo bastaba mover los troncos que las chispas chillaran que saltaran con el puñado de sal que le echaba a la lumbre.
La paredes tomaban vidas, reflejaban sombras que se movían, accionadas por el viento que entraba por la chimenea, que hacían, que las sombras de la paredes empezaran a tomar movimientos.
Y mas cuando alguno se revolvía, en la silla estas se hacían crecer, como si el duende viniera hacia uno.
Eran dueños de sus temores, historia llena de miedos, cada uno le sabían, de sus miedos, diferentes llevados en su ser, que los hacían caminar por encima de las cabezas, de los presentes que los arrimaba, al que estaba a su lado, sintiendo el miedo en sus espaldas.
Cada presente hacia dueño de la historia que, por temor, no hablaba por ser centro de las risas y quitar el el encanto del miedo, acabando todos por si acaso terminar la velada, diciendo que duendes hay.
Seguro que los sentimos, son invisibles cada cual los lleva en sus hombros y colorín colorado hasta mañana, que era hora de cada uno se fuera con su Mochuelo a sus casa.
A si terminaba la velada.
miércoles, noviembre 05, 2025
UNA CANCION
Una canción navegando por un piano que forma canciones , de una noche de verano o de invierno.
Otoño era una estación lánguida llegaba enseguida después de la feria ya estaba todo listo para lavar telones como decimos en Almendralejo cuando se acaba la vendimias ,
Cuantas canciones habremos escuchado en nuestra vida, sin embargo solo algunas o poco mas quedan en nuestra grabación cerebral.
El significado del momento que envolvió nuestra cita en ese momento.
Cuantas veces habrá caminado escuchando las canciones, mientras comías después del "parte" como en aquella época se llamaba el informativo.,
Que tiempos aquellos que no fueron buenos, totalmente de carencias y sacrificio.
Hasta el agua un bien preciado, había que acarrearla y en ese momento recuerdo yendo, al lado de mi madre con una cantarilla pequeñita, comprada en la feria.
Íbamos por agua al pozo de la esquina a por agua, para beber y todo lo que la casa, se necesitaba, que Acarreo tan laboriosa y padecida.
Era el momento en el camino, que se hoy la radio de la vecina y ella cantando la canción llamada ( Hay Tani que Tani) fue muy famosa en su época.
Han pasado años, cada vez que la recuerdo, escucho aparece la imagen que os cuento.
Muy temprano la vecina ponía, la emisora de Radio Badajoz, mientras desayunaba en la cocina de la casa, al calor de la candela, en el suelo saliendo el humo por el hueco enorme de la chimenea, oyendo la lluvia, que entraba, al chocar con las llamas, que la estaba esperando la atrapaba, resistiéndose a la lluvia, chisporroteaba, escuchando la canción, de Antoñita Moreno el Cordón de mi Corpiño.
Mi prima la cantaba tambien que en las reuniones se pedía que la cantara y era muy solicitada.
La que perdura siempre es el recuerdo de mi padre, a la vuelta de trabajo y una vez aseado, cenado me dormía, cantando la canción de los Gaditanos que Bonita es mi niña.
La que siempre esta en mi tan cercana, es la canción de mi enamoramiento .
Como cualquier jovencita, cantando una melodía, que siempre se queda en una imagen con sabor a verbena, alumbrada con bombillas, que palpitantes aguantadas por un madero en el centro.
Eran pases de bailes, descuadrados mal llevados, mientras el mas bailarín iba marcando el pasodoble al son de Suspiros de España.
Cuantos sones han dejado bajos el son de una música, la diversión, de una juventud que aguantaba con deseo de no volver a casa .
La música forma parte de nuestra vida, melodías que son pasillos con sonidos de nostalgia .
Un son, un evento un comentario, que se rueda sobre nuestra capacidad que uno quiere.
Sin pasar por la irregularidad, de los abrazos deseados de la memoria, que golpea sin tener conciencia, de un invento que va empujado sin peso de prueba, sin tener un brazo móvil, que te lleve a un baile con un chico. El sonido de una escalera que te hace sortea dificulta ,des
Huma de un ser sobre rueda, de una unidas sin ver los toques de un presupuesto.
La maravilla de ser
La maravilla de un compromiso que hace la felicidad, de poder ser una nostalgia sin parar en una amistad en una siesta sin viaje de la nostalgia.
Isabel coronado
domingo, noviembre 02, 2025
los DIFUNTOS
Era en tiempos pasados un ir y venir por la carretera de Mérida, muchos días antes del 1 de noviembre en ir a limpiar donde yacían sus seres queridos.
Era normal ver puestos de flores sobre todo crisantemos y dalias.
Solían alumbrar las lapidas con grandes faroles de aceite que iluminaban a los difuntos.
La carretera era un ir y venir de gente y cuando llegaba primero de noviembres, se iba toda la carretera en aquellos años todos las orillas con arboles con troncos centenarios, serpenteando la calzada. era un gran desplazamiento de personal del pueblo.
Un lugar habitual de vender flores era en la puerta de la ermita de Santiago, tambien en frente del convento de San Antonio.
En un local que serbia para la venta de flores a la vez era para poner la maquina del cine de verano de San Antonio cuyo cerramiento era de cañas y como digo en la cera de enfrente, estaba el proyector y taquilla.
Prosigo con el día de los difuntos, era costumbre, ir dando la vuelta por el cementerio viendo lapidas que todas ella estaban con fotografiadas de los difuntos.
Mientras iba con la cesta donde estaban la "Chaquetia" compuesta de un pero ( manzana), castañas, nueces, higos.
Os contare que el mercado cuando llegaba esta fecha se llenaba de puestos de estos frutos, donde se iba para comprar la chaquetía.
Los tosantos eran muy deseados a la vez, eran tristes pues el luto se llevaba a demás de en el alma, cara a la sociedad y habitantes, eran tiempos de aparentar.
El luto, es un sentir, que se llevaba, como digo yo en la boca del estomago, donde el dolor, se anida, no tiene salida, te hace ver la falta de tu ser querido, que poco a poco, vas viendo que esta siempre contigo, la pena es tuya.
El cementerio era en aquella fecha un lugar tenebroso, el bullicio de gente te hacia que el lugar fuera menos.
Recuerdo que había en uno de los extremos al fondo, donde estaba llenos de cajas bacía, que habían pertenecido a de cadáveres, que habían sido sacados cuando había cumplido el tiempo y sus restos iban al hueserío o osario.
La capilla que hoy vemos estaba casi en ruinas era un lugar que había que echar valor al pasar por el cementerio viejo y los mausoleos, estaban en muy mal estado, hoy esta muy bien, sus lapidas que aun no han sido alteradas, están llenas de historia.
Carecía de servicios, tan necesario, el cementerio nuevo hasta la década de los años 60, en el medio no había grujía, ni manzanas de enterramientos.
en el cementerio, del medio había tumbas en el medio, que aquí en el pueblo no era normal enterrar, decían, mis mayores que eran de niños que habían muertos sin bautizar, personas con pocos recursos, que el ayuntamiento, le llevaba a su casa, prestado el féretro propiedad del consistorio, una vez en el cementerio, se enterraba el fallecido, en la tumba y el féretro era, para otro, tiempo de muchas carencias.
Tambien pero estos tiempos muy atrás, contaba mi abuela que en cementerio del medio, que estaba empezando hacerse, enterraban tambien los que se suicidaban o no eran practicantes de religión católica.
El cementerio de hoy en día, esta lleno de respeto por lo bien cuidado, cosa que se ve cada vez que se va.
El cementerio, de antaño en el día de los difuntos, era, un trasiego de dolientes, personas que iban a ver las tumbas, limpiar, refugiarse en el lugar, se estaban todo los dos días en el cementerio, desdés que se abría hasta que se cerraba.
Una forma de limpiar las lapida, de los difuntos, eran las "mariposas" velillas flotantes, que se ponían en recipientes, mezcla, de aceite y agua, esta se encendía y la mariposa flotaba encendida.
Las lapidas eran un lujo que muchas personas no se podían, permitir, el nicho era lucido blanqueado y se ponía, el nombre del difunto y reseñas con letras dibujadas en negro.
Las flores como digo, se vendían, en puestos, que estaban colocados, por las esquinas de las calles, las gente sembraban los crisantemos, que vendían, para mejorar un poco la economía familiar.
Eran muy famosos los bollitos de "Tosantos" era una mas parecida a la bolla, con la especie de " Matalahunba".
Estos días, las tahonas se llenaban de personal para hacer estos dulces, para acompañar a nueces castañas, vamos la "Chaquetia".
Los tiempos han ido cambiando, para mejor, ha sido como un viento suave que se ha llevado perjuicios, y dejar lo verdaderos sentimientos.
En este día desde que entro la democracia primero andando y luego en su Mobile, cuando no pudo lo llevaba, en este día no falto, para recordar a los compañeros represaliados, al principio, eras tan pocos los asistentes al acto, Jose Coronado no falto a su cita todos los años, lugar donde quiso que parte de sus cenizas quedaran, como un manifiesto para que el horror no se repitiera.
miércoles, octubre 29, 2025
EL SENTIR
martes, octubre 28, 2025
RADIO ONDINA
Hoy estoy disfrutando por algo que me agrada mucho . Conocer y escuchar en persona a Luis del Olmo,
domingo, octubre 26, 2025
Quisiera que estuvieras aquí.
Ahora mismo puedes bajar.
Sentir las olas del mar, el sol en
su cresta, la armonía en el horizonte, logrando una armonía total.
Su colorido, sintiendo la arena, el
gruñir de las gaviotas.
Un híbrido, en ese pasar de las olas,
urgentes, pensativa, un ruido a lo lejos, el sol tan inmenso, que Ara sentirte
bien, que el fallecimiento, pertenece al horizonte, tanto, qué bonito, eres
ahora.
qué círculo también hecho, la única
cosa que da calor.
El cambio del amor, porque he
querido sol o conocido no nos deja que aprovechemos tu calor.
Pulsamos para crecer, nosotros,
estar caliente, para venir y ponernos modelos para sentir tu calor,
Aquí no tenemos que dar nada, eres tan barato,
querido sol, ríes claro, de nosotros.
De esta pobre gente, que aquí a la
vida, de esta playa.
Temiendo, sin cesar, de esta pobre gente
que quisiera ser arropada por la espuma del mar.
Al chocar sobre las rocas de la muralla.
ISABEL CORONADO
jueves, octubre 23, 2025
lunes, octubre 20, 2025
PUCHO Y CESAR VAN DE AVENTURAS






