Mi pequeña historia de Almendralejo

miércoles, abril 07, 2021

       INAUGURACIÓN DEL PILAR DE LAS MERCEDES 


                                                            




 

El Pilar de las Mercedes estaba en la orilla derecha de la Vereda el Charnecal y al final de la charca, hoy dentro del parque de igual nombre. Inaugurado para la feria de ganado en 1912, siendo alcalde Don José Gutiérrez Silva (Conde de Osilo).

 

Su realización fue posible por las aportaciones económicas del ayuntamiento, Caja Rural (hoy caja Almendralejo) y la Hermandad de Labradores.

 Fueron los maestros de obras Don Juan Antonio Fernández Mariano, conocido por maestro Salvatierra, por ser de Salvatierra de los Barros, (abuelo de los Tijerinas y bisabuelo).

 

  Este Pilar era necesario en esta zona del pueblo y para el evento ganadero.

Para suministrar de agua fue necesario hacer un pozo en lo alto del cabezo, ( hoy está debajo de una casa de la Calle las Mercedes,).

 

 Entonces todo campo, sin apenas viviendas y sólo algunos pajares, sobre un terreno quebrado lleno de barrancas y desniveles por donde el agua bajaba por su peso por canales subterráneos a un caño llamado la Fontana.

Este surtido estaba como digo pegado al camino, y para el evento fue muy importante para el abastecimiento de agua.

 

Fueron pasando los años, poblando las zona, la Fontana quedó pegada a las paredes de un pajar, cosa que al dueño por el trasiego no le venía bien.

 

En los años 60 y 70 del siglo pasado, la jornalera sufría mucho paro y no había ninguna ayuda, solo algunos jornales que daba el ayuntamiento y poca cosa.

 

La comunidad de labradores se afanaba en que los caminos estuvieran arreglados para cuando llegaba vendimia y mantenerlos en buen estado.

 

  Recibía este menester dinero, empleando a jornaleros, en los meses de estíos, algunas semanas, para que tuvieran ayuda para mantener sus casas, el paro era muy grande (sembrar melones, pero necesitaban dinero para el arrendamiento.)

 

Pues bien, el camino Charnecal fue uno de los más arreglados a lo largo de la historia.

 

 Se acordó que aprovechando la partida de dinero recibida se cambiaba la fontana de sitio al actúa, no la remodelación que vemos, que se hizo cuando se realiza el parque y la avenida de goya.

 

La fontana que en su origen ocupo la otra margen del camino y acabara pegada a la pared de un pajar, mediante canales subterránea, además de suministrar de agua a la fontana, otra parte del líquido, continuaba atravesando la vereda Charnecal, por canales bajo tierra hasta al Pozo de las Cadenas (donde hoy está la Fontana), que era un aljibe o cisterna donde se iba depositando el agua que bajaba desde la loma, venero inagotable, echando agua de noche y de día. Este pozo tenía pegado a la una casita con una puerta por donde bajaban para ver la capacidad almacenada.

El agua por un canal que continúa llega al caño del abrevadero, que cuando alcanzaba su capacidad el líquido cae al pilar, al rebosar por un canalito, al final del brocal, caía formando una regatera hasta la alberca.

Donde servía de abrevadero para toda clase de ganado, los animales de labranza bebían en el pilar.

 

El pozo de las cadenas llamado así porque de su polea colgaba una cadena con un cubo diferente a los demás pozos que eran sogas.

 

Pozo muy utilizado, después de la Guerra Civil, por varias personas para tirarse a él.

 

Debido al remordimiento, por haber denunciado a otros vecinos, que fueron fusilados.

 

Uno curioso fue el de Celedonio, en sus años pozos tuvo una novia, que lo dejó por otro, los celos por lo que había hecho la novia, le llenó de odio, y en plena contienda denunció al marido de la que fuera su novia, siendo cancelado.

 

Dándose cuenta de lo hecho, no durmió en toda la noche y muy temprano al otro día fue a la cárcel de Almendrajo, que estuviera enfrente del parque de Espronceda y explicó que dicha persona no había hecho nada, que había sido por celos. pero lo dijeron que ya no estaba allí y nunca supieron más del pobre denunciado.

 

El remordimiento, le hizo darse al alcohol y este hombre un buen día se levantó temprano con una botella de vino, que tenía una caña para beberlo, se encaminó a dicho pozo, le quitó la caña a la botella, dio el último trago puso la caña en el brocal y se tiró al pozo.

 

Mientras su hija que estaba en una casa trabajando, de pronto entro en trance, empezando a dar quejidos, lamentos y cuando se recupero dijo que había visto a su padre, que se había tirado al pozo y las fatiga que estaba pasando, porque quería salvarse y como se agarraba a la escalera que tenía el aljibe por salvarse.

 

 Cuando lo sacaron vieron sus dedos, ensangrentados por su lucha por salvarse.

 

 Y pedía perdón por todas sus malas acciones, hacia su familia y por haber causado tanta ruina su mal hacer.

 

Cuando vinieron a decirle que su padre se había tirado al pozo los presentes contaron lo que habían presenciado.

 

El último que se tiró a este pozo fue el conocido por Pinchaúvas.

 

 Y se acuerda, quitar el brocal y poner una tapa al aljibe, destruir la casita que acompañaba al pozo, por donde bajaban por una estrechas escaleras para ver el nivel del aljibe, escalerita que  vio la hija de Celedonio, como su padre se quería agarra para salvarse.

 

 

La zona que narro, tenía mucho desnivel, con una gran barranca que bajaba de la carretera de lo Entrines (avenida de América) .

Las trescientas tienen,  bajo tierra, tiene  pilares de una altura de varios metros y la calzada de la Avenida de Goya ocupa lo que era la alberca nueva y tiene tuberías enormes debajo de ellas, ocupando todo lo que era el regacho charnecal que entraba en la alberca.

La avenida de Goya era la Alberca Nueva y donde están las trescientas viviendas era la otra orilla, con eucaliptos más antiguo que los que vemos, sembrados en 1911,  su guarda era el apodado el (el Cabo), encargado de cuidarlos .

 

El Camino Charnecal iba pegado a la alberca dirección a el camino de Fuente del Mestres, donde empezaba.

 

En este camino hubo dos pozas en la margen izquierda de la Vereda Charnecal, una más grande que la otra, cuyas paredes estaban pegadas y comunicadas por un hueco abierto, cuando el líquido llegaba a él caía en la otra.

 

 El agua que las suministraba, conducida por galerías subterráneas del pozo que hubo en una huerta de Valentín en la vereda Malos Vinos, hoy dentro del parque,  (hasta hace poco duro una higuera y el almendro de esta huerta, que fue talado en noviembre del 2020).

 El agua era extraída por una “Noria” por su peso corría cuesta abajo a las pozas de brocal cuadrado, muy grandes, realizado de ladrillos, con paredes  forradas en su interior con  piedra enormes.

 

 En el camino de Fuente del Maestre, tenía un puente de un ojo de una altura de más de dos metros, cuando se hace el parque y carretera queda enterrado debajo de la  carretera.

Puente realizado para la feria de ganado.

 

El camino de Fuente del Maestre era de piedras, tierra y en el cruce con carretera Santa Marta, hoy un parquecito, antaño un” bajonal”, hubo dos pozas de iguales características, de las nombradas, donde había un lavadero, con una panera de material.

 

 Las lavanderas hacían la colada de la ropa que tenían, en las hierbas de las orillas del regacho. Cuando la recogían olían a manzanilla, poleo y romero que crecían en las márgenes del arroyo.

 

Para este menester había que pedir la vez para lavar y además si el agua quedaba bien y con bastante jabón y cáustica, se traspasa.

 

 Si las pozas tenían agua la tomaban de ella sino del regacho que solía llamase en este tramo Airón e iba corriendo hacia la carretera Aceuchal, donde había otro puente de   igual características, enterrado debajo de la calzada actual, que pasaba dirección hoy avenida de la Paz.

 

También en la carretera Aceuchal, hubo dos pozas similares, a las mencionadas, por hoy supermercado Al Lado.

 

 Se suministraba del pozo que había en la Vereda de San Roque, donde había una panificadora de pan en la esquina con López de Ayala.

 

Manantial muy caudaloso y por canales y su peso iba a las pozas mencionadas

Estas construcciones fueron realizadas para dotar a la zona de infraestructuras y acceso para la primera feria ganadera que hubo en Almendralejo, que fue el 24 de septiembre de 1911.

 

Pero ocurrió que una gran sequía asola toda la comarca y el agua era insuficiente para abastecer tal movimiento de personas y ganado, que venían a vender sus productos y a comprar.

 

Se acuerda trasladar al lugar conocido hoy por el espolón, que no existía y era un lugar quebrado de rocas  grandes,  pedregales y muchos  manantiales,

 

 Además pasaba el regacho Cagacha,  que tenía en esta zona un puentecito para pasar a la otra orilla.

 

Se hace un pilar en lo que hoy es la calle Francisco Pizarro, donde hoy está el transformado de la luz y un parque, se construye un pilar para este evento, bebirán los animales.

 

En esta feria venían de Salvatierra de los Barros, a vender sus productos, y otros muchos más, siendo conocida esta feria  de ganado por ·”la Feria Chica”.

 

Pero ocurre que se formó una tormenta de tal calibre, que en poco tiempo cae una tromba de agua, que forma una riada, tan grande, que se desplazó hasta la ermita de San Antonio, llegando hasta un resto de baluarte, de una antigua muralla que había visto en el lugar.

 

Llevándose por delante todo lo que encontraba a su paso, ganado tenderete cacharros de ect.

 

Y sucedió que en lo que conocemos la zona del parque de la Libertad, enfrente de la calle Villalba de los Barros, había una fonda me contó Tomas Amaya  donde se hospedaban los carboneros, que con carros llenos de carbón bajaban de la sierra de Monsalud,

  Suministrando de carbón a la zona, por ser el principal combustible para las cocinas.

Tenía aparcados y la riada se los llevó por delante, con animales y hubo personas, que en su afán de salvar carga y animales murieron.


Y así acabó la feria quedando de tal evento solo el Pilar de la Mercedes.

 

Evento que tuvo gran afluencia de público venido de toda la comarca a comprar ganado y enseres expuestos en tenderetes.

 

A los relatos el orador los quedaba muchas noches en el aire, sin final hasta la próxima vez.

 Pocas veces lograba encadenarlos, si conseguía hacernos ver lugares y espacios de un ayer, lleno de historia, que al irlas narrando hacía la magia de transmitir a nuestra imaginación lo que él había conocido, vivido y visto.

 Apareciendo ante nuestro un pasado en penumbras y olvidado.

 

ISABEL CORONADO ZAMORA

 

Zona de los archivos adjuntos

domingo, abril 04, 2021

EL DÍA DE LOS CARAMELOS EN ALMENDRALEJO





Al pasar de los años y mas con esta horrible pandemia se empiezan a olvidar mas tradiciones vividas por nosotros y que los años van tapando y NO RECORDAR.





Mi hermana Katy conservo esta tradición con mis nietos ofreciéndoles caramelos de café y leche, que ricos dijeron mis niños y niña,.

OS VOY A CONTAR LA HISTORIA DEL DIA DE LOS CARAMELOS


El día de los caramelos; fue una fiesta que un buen día, sin saber el por qué, dejó de funcionar como tal.

Durante generaciones había estado presente esta festividad en Almendralejo, muy arraigada en sus habitantes, que generosamente en un tiempo en que un caramelo no era tan accesible como lo es ahora, los vecinos, unos a otros en esta festividad se regalaban esta golosina como un gesto cariñoso y de cortesía, además era un día simpático pues todas las personas tenían el moflete engordado por el caramelo.

En las fábricas de caramelos, que había en el pueblo, se hacían grandes colas para su adquisición, que daba más trabajo y ganancias a las encargadas de envolver los caramelos.

Al ser la demanda mayor en estos días había más trabajo, pagados a razón de los caramelos que envolvían, oficio realizado en sus casas, allí se los llevaban metidos en jarras de aluminio, sin envolver, y los recogían cuando estaba envueltos.

La fiesta de los Caramelos se festejaba en el pasado el día de Jueves Santo, sobre todo en la calle real que se llenaba de gentes y de puestos vendiéndolos a lo largo de ella, sobre todo alrededor del parque o plaza de Espronceda.

Todos con el caramelo en la boca y obsequiando a los conocidos, los mozos para conversar con las mozas les regalaban tan gustosa golosina y las más osadas se los pedían, siendo los más apreciados los caramelos de Velasco y lo de Toribio Fernández, ambos igual de gordos, cuando te entrabas uno en la boca te duraba toda la noche.

Era costumbre entonces que los novios regalaran a su pareja un kilo de caramelos y un obsequio y también recibía igual regalo la hermana de la novia. Era tanta la cantidad que se consumía que al día siguiente el pueblo estaba alfombrado de envolturas.

Que los niños coleccionaban pasándose el día buscándolas por las calles, para luego con ellas poder realizar el juego llamado “Las piedras”; se realizaba con los niños que estuvieran presentes, todos con una piedra en la mano que días antes habían buscado y seleccionado, pues las preferidas eran de cantos rodados, que no eran fáciles de conseguir.

Al que le tocaba ser burro lanzaba la piedra todo lo más lejos que podía, el hacerlo así era para no ser alcanzado por las de los participantes, que con las suyas tenían que intentar darle a la que hacía de testigo, si fallaban le pagaban, si le daban era el dueño de la piedra el que pagaba.

El pago se hacía con puntos que eran las figuras que tuvieran las envolturas. De este modo se iba recorriendo la calle y dando la vuelta a la manzana, surgiendo accidentes al ponerse el chiquillo en la línea donde iba la piedra lanzada, dándole y haciéndole al contrarío una “pitera” (brecha) en la cabeza, era raro el que no tenía alguna , o vendada la cabeza, producto de alguna pedrada al ser la forma de juegos de donde surgían peleas, que llegaban por ellas haber broncas entre los padres, mientras los niños al rato ya estaban juntos.

Los envoltorios que más gustaban y por los que llegaban las riñas, eran los de los caramelos Velasco, constaban de seis medallas que habían sido conseguidas en los certámenes de distintas ferias donde habían participado los Caramelos, premios otorgados por su buena calidad, que le había dado notoriedad y fama en toda España.

Después del día de los Caramelos venía el de las Bollas, que era el domingo de Pascua y mayores y niños iban a la era con su cestas y cestitas de mimbre llenas sobre todo de bollas.
Había un dulce característico que se hacía para tan señalado día y era una bolla con un huevo en el medio, cocidos juntos en el horno.

Para la Fiesta de Semana Santa se hacían gran cantidad de dulces variados, muchos llevaban en sus condimentos manteca del cerdo de la matanza y los huevos del corral de las gallinas ponedoras, las tahonas se llenaban de mujeres haciendo dulces que se ponían a cocer en latas con una seña de identificación.

Los niños la mar de divertidos con el trocito de masa que daban las madres para colaborar.
Los dulces una vez cocidos eran puestos, según la clase, en baños para llevarlos a casa, muchas veces en varios viajes, según el poder adquisitivo. También para la chiquillería el ir a la tahona era una diversión que les llevaba hasta hacer novillos, (no ir a la escuela).

Para el día de las Bollas también hacían negocio los Cesteros, llamados a los que realizaban con el mimbre cestas, muy solicitadas cuando llegaba este día, procurando el artesano hacer modelos diferentes cada año para llamar la atención al cliente. Las tiendas de cesterías que había en Almendralejo eran dos, una enfrente de la otra, en la calle el Molino.

Cuando ya tenías la cesta y bien provista de dulces en su interior, se iba a la era más cercana a comerse “merendilla” (merienda de media tarde).

Como el día de las Bollas coincidía con el domingo de pascua, llamado “ de la Aleluya”, en el cual se iba a la plaza o plazoleta la Hierba con los padres, era costumbre que en este día se comprara un borreguito o “chivina” a los niños, siendo ellos durante todo el año los encargados de cuidar al animal y pasearlo por la era hasta que los criaban, entonces aparecía la tragedia, pues había que sacrificar al animal, pronto el llanto y sofocón pasaba al se repuesto por otro animalito recién nacido y volver a empezar..

Toda esta tradición el tiempo las ha ido borrando del diario de nuestro pueblo, los niños hoy en día tienen otras distracciones que han ido apareciendo con el poder adquisitivo y la evolución de los tiempos.

Me conto una vez Alfonso Lumera, cuya madre trabajo en la casa donde se hacia los caramelos, que las dueñas se levantaban por la madrugada y preparaban la formula para realizar los caramelos una ves echa la mezcla resultante de los caramelos la masa era extendida en una piel curtida que ponían encima de una mesa una vez extendida las porciones eran divididas con una espada, al realizar este proceso tantas veces la piel se iba deteriorando y cortando y era llevada al guarnicionero para restaurarla y acta para el proceso.
La cas adonde estaban los caramelos era un casona de gran puerta en la parte de entrada estaba la tienda de suelo de madera y llena de vitrinas con botes de cristal llenos de caramelos.
Estampa borrosa en mis recuerdos infantiles.

La tienda estuvo en la parte de arriba de la calle real hoy un banco.
Cuando mueren las herederas de la formula no quisieron venderla ni dejarla y la formula desapareció con ellas.

ISABEL COORNADO ZAMORA 


   

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