INAUGURACIÓN DEL PILAR DE LAS MERCEDES
El Pilar de las Mercedes estaba en la orilla derecha de la Vereda el Charnecal y al final de la charca, hoy dentro del parque de igual nombre. Inaugurado para la feria de ganado en 1912, siendo alcalde Don José Gutiérrez Silva (Conde de Osilo).
Su realización fue posible por las aportaciones económicas del ayuntamiento, Caja Rural (hoy caja Almendralejo) y la Hermandad de Labradores.
Fueron los maestros de obras Don Juan Antonio Fernández Mariano, conocido por maestro Salvatierra, por ser de Salvatierra de los Barros, (abuelo de los Tijerinas y bisabuelo).
Este Pilar era necesario en esta zona del pueblo y para el evento ganadero.
Para suministrar de agua fue necesario hacer un pozo en lo alto del cabezo, ( hoy está debajo de una casa de la Calle las Mercedes,).
Entonces todo campo, sin apenas viviendas y sólo algunos pajares, sobre un terreno quebrado lleno de barrancas y desniveles por donde el agua bajaba por su peso por canales subterráneos a un caño llamado la Fontana.
Este surtido estaba como digo pegado al camino, y para el evento fue muy importante para el abastecimiento de agua.
Fueron pasando los años, poblando las zona, la Fontana quedó pegada a las paredes de un pajar, cosa que al dueño por el trasiego no le venía bien.
En los años 60 y 70 del siglo pasado, la jornalera sufría mucho paro y no había ninguna ayuda, solo algunos jornales que daba el ayuntamiento y poca cosa.
La comunidad de labradores se afanaba en que los caminos estuvieran arreglados para cuando llegaba vendimia y mantenerlos en buen estado.
Recibía este menester dinero, empleando a jornaleros, en los meses de estíos, algunas semanas, para que tuvieran ayuda para mantener sus casas, el paro era muy grande (sembrar melones, pero necesitaban dinero para el arrendamiento.)
Pues bien, el camino Charnecal fue uno de los más arreglados a lo largo de la historia.
Se acordó que aprovechando la partida de dinero recibida se cambiaba la fontana de sitio al actúa, no la remodelación que vemos, que se hizo cuando se realiza el parque y la avenida de goya.
La fontana que en su origen ocupo la otra margen del camino y acabara pegada a la pared de un pajar, mediante canales subterránea, además de suministrar de agua a la fontana, otra parte del líquido, continuaba atravesando la vereda Charnecal, por canales bajo tierra hasta al Pozo de las Cadenas (donde hoy está la Fontana), que era un aljibe o cisterna donde se iba depositando el agua que bajaba desde la loma, venero inagotable, echando agua de noche y de día. Este pozo tenía pegado a la una casita con una puerta por donde bajaban para ver la capacidad almacenada.
El agua por un canal que continúa llega al caño del abrevadero, que cuando alcanzaba su capacidad el líquido cae al pilar, al rebosar por un canalito, al final del brocal, caía formando una regatera hasta la alberca.
Donde servía de abrevadero para toda clase de ganado, los animales de labranza bebían en el pilar.
El pozo de las cadenas llamado así porque de su polea colgaba una cadena con un cubo diferente a los demás pozos que eran sogas.
Pozo muy utilizado, después de la Guerra Civil, por varias personas para tirarse a él.
Debido al remordimiento, por haber denunciado a otros vecinos, que fueron fusilados.
Uno curioso fue el de Celedonio, en sus años pozos tuvo una novia, que lo dejó por otro, los celos por lo que había hecho la novia, le llenó de odio, y en plena contienda denunció al marido de la que fuera su novia, siendo cancelado.
Dándose cuenta de lo hecho, no durmió en toda la noche y muy temprano al otro día fue a la cárcel de Almendrajo, que estuviera enfrente del parque de Espronceda y explicó que dicha persona no había hecho nada, que había sido por celos. pero lo dijeron que ya no estaba allí y nunca supieron más del pobre denunciado.
El remordimiento, le hizo darse al alcohol y este hombre un buen día se levantó temprano con una botella de vino, que tenía una caña para beberlo, se encaminó a dicho pozo, le quitó la caña a la botella, dio el último trago puso la caña en el brocal y se tiró al pozo.
Mientras su hija que estaba en una casa trabajando, de pronto entro en trance, empezando a dar quejidos, lamentos y cuando se recupero dijo que había visto a su padre, que se había tirado al pozo y las fatiga que estaba pasando, porque quería salvarse y como se agarraba a la escalera que tenía el aljibe por salvarse.
Cuando lo sacaron vieron sus dedos, ensangrentados por su lucha por salvarse.
Y pedía perdón por todas sus malas acciones, hacia su familia y por haber causado tanta ruina su mal hacer.
Cuando vinieron a decirle que su padre se había tirado al pozo los presentes contaron lo que habían presenciado.
El último que se tiró a este pozo fue el conocido por Pinchaúvas.
Y se acuerda, quitar el brocal y poner una tapa al aljibe, destruir la casita que acompañaba al pozo, por donde bajaban por una estrechas escaleras para ver el nivel del aljibe, escalerita que vio la hija de Celedonio, como su padre se quería agarra para salvarse.
La zona que narro, tenía mucho desnivel, con una gran barranca que bajaba de la carretera de lo Entrines (avenida de América) .
Las trescientas tienen, bajo tierra, tiene pilares de una altura de varios metros y la calzada de la Avenida de Goya ocupa lo que era la alberca nueva y tiene tuberías enormes debajo de ellas, ocupando todo lo que era el regacho charnecal que entraba en la alberca.
La avenida de Goya era la Alberca Nueva y donde están las trescientas viviendas era la otra orilla, con eucaliptos más antiguo que los que vemos, sembrados en 1911, su guarda era el apodado el (el Cabo), encargado de cuidarlos .
El Camino Charnecal iba pegado a la alberca dirección a el camino de Fuente del Mestres, donde empezaba.
En este camino hubo dos pozas en la margen izquierda de la Vereda Charnecal, una más grande que la otra, cuyas paredes estaban pegadas y comunicadas por un hueco abierto, cuando el líquido llegaba a él caía en la otra.
El agua que las suministraba, conducida por galerías subterráneas del pozo que hubo en una huerta de Valentín en la vereda Malos Vinos, hoy dentro del parque, (hasta hace poco duro una higuera y el almendro de esta huerta, que fue talado en noviembre del 2020).
El agua era extraída por una “Noria” por su peso corría cuesta abajo a las pozas de brocal cuadrado, muy grandes, realizado de ladrillos, con paredes forradas en su interior con piedra enormes.
En el camino de Fuente del Maestre, tenía un puente de un ojo de una altura de más de dos metros, cuando se hace el parque y carretera queda enterrado debajo de la carretera.
Puente realizado para la feria de ganado.
El camino de Fuente del Maestre era de piedras, tierra y en el cruce con carretera Santa Marta, hoy un parquecito, antaño un” bajonal”, hubo dos pozas de iguales características, de las nombradas, donde había un lavadero, con una panera de material.
Las lavanderas hacían la colada de la ropa que tenían, en las hierbas de las orillas del regacho. Cuando la recogían olían a manzanilla, poleo y romero que crecían en las márgenes del arroyo.
Para este menester había que pedir la vez para lavar y además si el agua quedaba bien y con bastante jabón y cáustica, se traspasa.
Si las pozas tenían agua la tomaban de ella sino del regacho que solía llamase en este tramo Airón e iba corriendo hacia la carretera Aceuchal, donde había otro puente de igual características, enterrado debajo de la calzada actual, que pasaba dirección hoy avenida de la Paz.
También en la carretera Aceuchal, hubo dos pozas similares, a las mencionadas, por hoy supermercado Al Lado.
Se suministraba del pozo que había en la Vereda de San Roque, donde había una panificadora de pan en la esquina con López de Ayala.
Manantial muy caudaloso y por canales y su peso iba a las pozas mencionadas
Estas construcciones fueron realizadas para dotar a la zona de infraestructuras y acceso para la primera feria ganadera que hubo en Almendralejo, que fue el 24 de septiembre de 1911.
Pero ocurrió que una gran sequía asola toda la comarca y el agua era insuficiente para abastecer tal movimiento de personas y ganado, que venían a vender sus productos y a comprar.
Se acuerda trasladar al lugar conocido hoy por el espolón, que no existía y era un lugar quebrado de rocas grandes, pedregales y muchos manantiales,
Además pasaba el regacho Cagacha, que tenía en esta zona un puentecito para pasar a la otra orilla.
Se hace un pilar en lo que hoy es la calle Francisco Pizarro, donde hoy está el transformado de la luz y un parque, se construye un pilar para este evento, bebirán los animales.
En esta feria venían de Salvatierra de los Barros, a vender sus productos, y otros muchos más, siendo conocida esta feria de ganado por ·”la Feria Chica”.
Pero ocurre que se formó una tormenta de tal calibre, que en poco tiempo cae una tromba de agua, que forma una riada, tan grande, que se desplazó hasta la ermita de San Antonio, llegando hasta un resto de baluarte, de una antigua muralla que había visto en el lugar.
Llevándose por delante todo lo que encontraba a su paso, ganado tenderete cacharros de ect.
Y sucedió que en lo que conocemos la zona del parque de la Libertad, enfrente de la calle Villalba de los Barros, había una fonda me contó Tomas Amaya donde se hospedaban los carboneros, que con carros llenos de carbón bajaban de la sierra de Monsalud,
Suministrando de carbón a la zona, por ser el principal combustible para las cocinas.
Tenía aparcados y la riada se los llevó por delante, con animales y hubo personas, que en su afán de salvar carga y animales murieron.
Y así acabó la feria quedando de tal evento solo el Pilar de la Mercedes.
Evento que tuvo gran afluencia de público venido de toda la comarca a comprar ganado y enseres expuestos en tenderetes.
A los relatos el orador los quedaba muchas noches en el aire, sin final hasta la próxima vez.
Pocas veces lograba encadenarlos, si conseguía hacernos ver lugares y espacios de un ayer, lleno de historia, que al irlas narrando hacía la magia de transmitir a nuestra imaginación lo que él había conocido, vivido y visto.
Apareciendo ante nuestro un pasado en penumbras y olvidado.
ISABEL CORONADO ZAMORA