Mi pequeña historia de Almendralejo

martes, diciembre 31, 2013


MADRUGADA DEL 30 AL 31 DEL 2014





Madrugada, de un año que camina hacia la escalera de los vividos, y en esta calma escuchando a el piano de Glenn Gould, de pronto aparece una imagen que navega por espacio estelares, que se posa sobre el teclado estar sobre cualquier tecla que sirva para volver  juntos a recordar momentos vividos . Antonio, a si se llamaba el tío de mis hijos, es como si estuviera delante de mi y habláramos de los día que no volverán. Cuando llegaba siempre tan tempera mental, sencillo, servicial, lleno de cariño.
Querido cuñado que estas en los cielos pues es único lugar donde tu puedes estar y navegar.

Seras siempre el ser que fuiste, distinto pues eras incomprendido y siempre imponiendo ideas que chocaban por ser innovadoras deseoso de cambios, asfixian dote en la monotonía, pues eras una artista y necesitabas  algo que no tenia sitio ni lugar.

Manos de destrezas que necesitaban plasmar lo que una mente realiza en su interior, navegar por la perfección que se hacia evidente en sus obras que realizaban desde su sabiduría.

Nunca necesito mucho para su existencia. Porque esta noche escribo estas lineas, que me hacen verte y sentirte, tan cerca como si quisieras tomar parte en el  algo que te sientes deseoso de ver y hacer notar, que hubiera  sido bueno disfrutar juntos, como otras vivencias que que fueron y  volverán.

ISABEL CORONADO



LA ULTIMA NOCHE DEL AÑO

Es la madrugada de la ultima noche del año, junto a mi esta el gato familiar "Pepote" durmiendo y saboreando el calor de la lumbre.
Un nuevo año asoma a mi vida que llenara de vivencias, se enfrenta a un nuevo empezar.
Año que empieza nada más nacer a ser diferente, pues traerán dos retoños que me van hacer "Abuela" me encanta esta palabra.
Hoy los he sentido a un sin haber nacido, tan cerca con una energia, como si tomaran contacto con migo desde la tripa.
Es madrugada silencio que solo lo turba el maullido del gato que se despierta como si saliera de una pesadilla y se vuelve a dormir.

ISABEL CORONADO


sábado, diciembre 28, 2013


                    CUADRO REALIZADO POR MANUEL FRIAS CORONADO-- DE SARRATELLA


UN AÑO QUE PASO
Un año que paso con sabores, olores, nostalgias y recuerdos de momentos vividos gratos y siempre en positivo.

No es que tengas un punto de incidencia, que camina por encima de mi cabeza de pelo moreno abecés, llena de idas que navegan, por estelas espaciales por el universo.

Un año que fue y otro que llama a mi puerta, sentido de ser de palpitar de ver  y sentir emociones que vendrán.
 Conoceré a seres que esperan, que serán gorriones que volaran a mi alrededor. 
Año que sera todo lo que mi destino guarda para mi, que me ofrecerá lo mejor, que mi inteligencia debe saber manejar y elegir acciones favorables para mi.
 Luchar con adversidades con listeza, moral, animo subido pues el exito esta en el conocimientos de mis años, que me han acompañado toda mi vida, nunca me han abandonado siempre pegados ami.

Debo aprovechar su listeza, darme cuenta que me lo exigen, no pasar por alto ni un momento de sabiduría de un año vivido, que me alerta para salir de pleitos, desventajas que debo superar pues ya lo hice antes, lo olvide debo recuperar ese conocimiento abandonado en un rincón de mi mente olvidadiza.

Años que tanto me queréis que todos los años venís a cumplir con migo, Os recibo y también pienso aprovechar vuestra sabiduría, examinarla detenidamente, pararme y abrir el libro de los años y repasar cada hoja vivida y aprender lecciones vividas en cada uno de ellos.

Años que soy los que me habéis dado momentos buenos, llenos de tropezones. Olvido vuestra sapiencia y tomo los consejos de años de otros, cuando vosotros estáis hay, con la pagina abierta y la señal que un día hice y que debo retomar para mejorar, rechazar o realizar.
ISABEL CORONADO



NAVIDAD



Navidad que se fue que esta y vendrá. Que es un día una estancia un lugar , puntos de vida donde las estancias se llenan de esas luces palpitantes en un rincón sobre un Belén.
Fue la vista la que ilumino aquello que solo vio.
 Eran los que llegaban y venían sobre las piedras estancias de un portal, que reflejaban formas de una religión que solo la tradición mantenía y las figuras de barros tan guardas de año en año, que se iban colocando en cajitas de barro tapadas con paja que eran guardad en armario y sacadas en navidad. Siempre había algunas rotas que eran restauradas días antes y me imagino que se fijaban en las veces que habían sido restauradas.
De quien fue aquel portal que un día recibistes de una familia de su madre y que vino a su casa y apareció sobre la mesas de mimbre que  tomaba todos los años para hacer el belén.
Era una virgen de cara tan dulce y tierna que solo los años podían hacer dulcificar las facciones que eran tan gratas mirar, el san José que parecía quejoso como agarrándose a un lado padeciendo un dolor pero que todos los años eras desenliado y aparecía de pronto entre los papeles de periódico.
 La burra el buey y el niño que le faltaban las manos.

 A si llego al portal sin manos y que su mirada era como si recordara otras navidades lejas  en otra casa y pensaba a quien perteneció y a quien ilumino.
Pensaba en el dia en que fuer adquirido tal vec en la plaza mayor de Madrid o en la plaza chica de Zafra, que más daba.

Miraba, quería meterse en cada figura, todas ella estaban lesionadas, pero todos los años aprecian en el escenario, deseosas de tomar parte de la navidad como cada año.

Isabel Coronadpo0

domingo, diciembre 15, 2013




LAS DOCE PALABRITAS--VILLANCICO DE ALMENDRALEJO

Villancico que se pierde en la noche de los tiempo, trasmitido oralmente en Almendralejo

Hoy ven la luz para que vosotros también la conozcáis, porque es lo que ellos hubieran querido. 

Por gustar a ambos hurgar en las raíces Navideñas de Almendralejo, como fue la “Zambombas”, que era como se llamaba a las reuniones que el día de Nochebuena se hacían en la casa con familiares y amigos. 
Era característico de estas reuniones cantar villancicos, que debían transmitirse a generaciones venideras para evitar que se perdieran.
Uno de los recopilados es el llamado “Las doce palabritas”, cuya letra decía así:
De las doce palabritas dichas y retorneadas
dime la una, la una que parió en Belén la Virgen pura…
(Se vuelve al principio)
Dime la dos, las dos tablas de Moisés donde Cristo y nuestro bien puso los pies…
(Se repite la primera y al principio)
Dime la tres, las tres personas de la Santísima Trinidad…
(Se repite la 2ª, la 1ª y al principio)
Dime la cuatro, los cuatro evangelistas…
(Repetir 3ª,2ª,1ª y principio)
Dime la cinco, las cinco llagas…
(4ª,3ª,2º,1ª y principio)
Dime la seis, las seis candelas…
(5ª,4ª,3ª,2ª,1ª y principio)
Dime la siete, los siete dolores…
(6ª,5ª,4ª,3ª,2ª,1ª y principio)
Dime la ocho los ocho gozos…
(7ª,6ª,5ª,4ª,3ª,2ª,1ª y principio)
Dime la nueve, los nueve meses…
(8ª,7ª,6ª,5ª,4ª,3ª,2ª,1ª y principio)
Dime la diez, los diez mandamientos…
(9ª,8ª,7ª,6ª,5ª,4ª,3ª,2ª,1ª y principio)
Dime la once, los once evangelistas…
(10ª,9ª,8ª,7ª,6ª,5ª,4ª,3ª,2ª,1ª y principio)
Dime la doce, los doce apóstoles…
(11ª,10ª,9ª,8ª,7ª,6ª,5ª,4ª,3ª,2ª,1ª y principio).


Otro villancico recopilado por José Coronado y Manuela Zamora

viernes, diciembre 13, 2013



PADRON DE LAS PIZARRILLA EN ALMENDRALEJO

Duendes, en un mundo de grandes,¿ son ellos los que reinan nuestro mundo?.
En aquella isla de plantas ornamentales del  parque, cuando mi tamaño tomo el suyo me fueron llevando hacia un subterraneo lleno de oscuridades y tropiezos de raíces.
Por un camino,  desembocamos en un lago subterraneo, donde las libelulas hacían la función de farolillos luminosos. 
Que lugar para ser real. calles bordeando la laguna que iba formando pequeñas explanadas donde estaban hileras de casas construidas con elementos reciclados que tomaban diferentes formas y dimensiones, de pronto surgió de las aguas un barco nautivos, construido por materiales raros y elementales que se abrió y dejo paso a pobladores del lugar.
 Que fueron hacia mi, me miraron con sus ojos exentos de parpados, que taladraba como si se introdujeran en los pensamientos.
De pronto fue bajando una inmensa tarima, tomando la  forma de un parlamento, que fue  reunido a componentes.
 Cubiertos con ropajes de recia construcción, que iban formando su sitio y dejando uno para mi. 
Todos sentados el mas severo se dirigió  y quiso que supieran donde estaba y como ellos seguían en un mundo de gigantes y desmanes sobre la naturaleza.
CONTINUARA 
ISABEL CORONADO

jueves, diciembre 12, 2013





NADA COMO SOÑAR EN UN PARQUE DE ALMENDRALEJO


Era de noche cuando inicie el paseo, paso a paso estuvo delante de un parque de nueva creación de una barriada. El parque había quedado en el medio de ella, unos arboles  bancos y en el medio una farola y arriba contemplando nos la luna menguante.
A mi lado mis pensamientos junto a Pablo y Adrian.
 El caminar me hacia ver el lugar lleno de duendes, tan diminutos como mis suspiros, que iban surtiendo mi despiste, que me hizo tropezar y caer, junto a un ser tan diminuto que apunto estuve de aplastar.
¿Que era lo que estaba a la altura de mis ojos contemplándome? Caritas redondas, con unos enormes ojos azules, que parpadeaban sin cesar, temeroso intento huir.
 Momento que al resoplar para tomar viento lo desplace hacia un arbusto donde quedo prisionero, pataleando indefenso y a mi merced.
 Un perro, con grandes ladridos se aproximaba.
Cuando intente racionar tuve el tiempo de darle una voz al chucho que corrió hacia su dueño que miraba con curiosidad mi caída, obstando por tomar a su perro y alejarse.

Recompuesta y dolorida ,me fui hacia el arbusto, vi lo que flotaba colgado, enganchado por sus desgarradas ropas.
Puse la palma de mi mano sujetándolo, no racionaba, por curiosidad ayude a que se posaba sobre el dorso, me miraba, con gestos para dar miedo y  bajar librándose  del gigante que lo sujetaba que era yo.

Me sentí, agarrado, por seres que formando una gran torre uno sobre el otro  estaban ami altura, portando  especies de tenedores, que tenían intención de hacer lo que fuera por lograr que su amigo quedara fuera de un posible peligro.

Algo voló por encima de nosotros, !un enorme murciélago!  su peor enemigo con el que luchaban noche tras noche. Para mi no fue difícil espantar al mamífero, que viendo que era difícil su acceso y tomar alguno de ellos como presa obsto por marchar, momento en que el primero de la torre que sujetaba los demás, del susto flaqueaba, la hilera de seres chiquitines se quebraba y caían desparramándose sobre el cesped.
Eran tantos, temerosos de que mi zapato cayera sobre ellos, se refugiaban debajo y corrían hacia un rincón del parque, donde había quedado un bosquecito de plantas.
 A un sin saber porque me puse delante de ellos, le impedí que  entrara  entre las plantas y el mas fuerte subió por mis ropas, se puso delante de mi nariz, ordenando que los dejara en paz, pestañee, le pregunte que no quería hacer le  daño.

Que de quieta, viendo como se reunían hacía un lado del parque, parte de terreno que se conservaba, parte de la   campiña, cuando fluía sobre ella  la vida, que  era fácil para ellos.
 Habían quedado en aquel bosque de platas donde, el surtidor todas las noches automáticamente, se ponía en función e inundaban sus viviendas y les hacia trabajar para asegurar sus guaridas. Viviendas que para sus seguridad, se habían convertido en subterráneas.

Continuara mañana



miércoles, diciembre 11, 2013




ALMENDRALEJO HISTORIAS POPULARES DE VIDAS ANOMIMAS

Las vecinas-os, en tiempos pasados, la  unión les llegaba a ser una parte de la familia.
Se reunían, en aquellas tranquilas tardes de invierno, en la cocina sentadas  unas veces alrededor de la candela y otras en la mesa camilla.
Los niños, mientras se comía la merendilla; un bollo con una jícara de chocolate, o pan con mucho miajón bien impregnado de aceite y el terrón de azúcar, encima  del hoyo.
Atardeceres, donde no había reloj, el tiempo pasaba tan lento que para que mirar el minutero del despertador, de la mesilla que por la mañana temprano, sonaba escandalosamente.
Los niños, reunidos mientras comían, la merendilla, sentados en el asiento de uncía de la silla, que  en dos patas la ponían apoyada en la pared mientras se balanceaban, a veces esta cedía y se daban contra el suelo,  sufriendo chinchones y el bofetones por no estar se quietos.
Llantina , que iba cediendo, mientras se refregaban con los puños de las manso, los ojos,  al oír en la emisora de radio Madrid  (S:E:R) el programa, Perico Periquin y Matilde, interpretado por Pedro Pablo Ayuso Matilde Conesa y Matilde Vilariño, serial radiado muy divertido, que se emitía los martes a las siete y media o las ochos de la noche. Una vez terminado, a la cama, las demas noches oír cuentos o narraciones.

La buenas vecinas, compartía, problemas, necesidades y alegrías sí las hubiera.
En la calle Divinos Morales, estaban la familia Andito, una de sus hijas se llamaba, Enriqueta, los villas con sus hijas Mari y Aleandra.
Familias que a veces, habitaban todas juntas en la misma casa: abuelos, padres hijos y nietos ect.

 Estaba los apodados Anditos, Roía, Catorce, Bota, Maria la de Gonzalo, Pepa la de Joaquín Loza, Catalina la Bota, Frasca. Los Riverina ect.
Las casas en estos tiempos, las paredes medianiles de los corrales, se caían, unas veces se restauraban otras se dejaban caídas y se remplazaba por tabla de cajas de pescado, para separar y no ser visto el corral y el hoyo del estierco donde se echaba la basura y se hacían, las necesidades y la paja vieja y suciedad de los animales.
 Las cuadras, llenas de telarañas, las paredes de tapias sin lucir y sin blanquear, y a veces en el medianil había un pozo de agua salobre, usada para conservar las aceitunas.

 La vida transcurría todos los días prácticamente igual, la Navidades, lograba alterar la monotonía, al reunir después de la cena, a familiares, vecinos y amigos, para cantar y tocar la zambomba, mientras se tomaban, unas copita de anís, acompañadas con dulces y papas de harina.
 María la de Gonzalo, nombrada a sí por ser el nombre de su marido, el cual se dedicaban a la compra venta de ganado y tenía una carnicería,  en la plaza de abastos, su casa era la mejor de la calle, en la primera habitación, cosa no habitual en aquellos años, había sillones, vivienda donde no faltaba de nada. Tenían cinco hijos: Juan, Rosario, Mary, Periqui y Marcelino.
En la parte trasera de la casa, tenían una gran variedad de animales: pichones, palomas, y un caballo.



  Frasca la Bota, casada con Manolo,  primo de Manuela que siempre en las bodas de los hermanos de esta, le ayudaba hacer los dulces para el festín.
CONTINUARA

ISABEL CORONADO 


“VISITAR ALMENDRALEJO”


Visitar Almendralejo, es pararse ante sus monumentos, y mirar a través del espejo de su historia, como se ha formado un pueblo lleno de inquietudes y de afanes de superación.

Sus calles limpias de casas blancas, llenas de frondosos árboles para sofocar el calor del estío y calmar con calido sol en invierno.

Sus monumentos emblemáticos, te aran de seguro pararte imaginar, el lugar donde un día naciera el insigne poeta del romanticismo, José de Espronceda.

Y entre brumas del pasado podrás volver al romanticismo si lo visitas en  la fiesta del Romanticismo, participando, con el pueblo, que cada año se renueva.

 Donde  el romanticismo, toman vida y sus habitantes,  salen a la calle para participar en tan bello evento. Que a veces parece que al doblar una esquina te puedas encontrar a la gran poetisa del romanticismo nacida en Almendralejo Carolina Coronado.

Sus iglesias están llenas, de  arte en pinturas y en imaginaria.
Y en la iglesia de la Purificación disfrutaras con la escultura de Juan de Abalos al igual que en la avenida de la paz y plaza de Extremadura con la escultural  “Jarifa”.

En los paseos de la Piedad hallaras una ermita tan blanca que te cegara y en su interior la patrona que siempre esta dispuesta a escuchar ruegos. Y en sus inmediaciones podrás visitar, su museo devocionario, Museo del Vino y el coso de la Piedad de gran belleza arquitectónica.

Si eliges para hacer un breve descanso, el parque de N.Sra de la Pieda, sentirás la música, de sus fuentes y el aroma de sus flores.

Almendralejo es tan diferente y alegre, que te animaras, divertirás, con su feria, eventos y otros monumentos por nombrar, unido a sus gentes, alegres y dicharacheras, que con orgullo llevan, el titulo de “Ciudad de la Cordialidad, del vino, Cultura y del Cava”.

Sus campos, fértiles al llegar la primavera se van convirtiendo, en un mar de Esmeralda, cuyo verdor se pierde en el horizonte, y al pasear por veredas, padrones, caminos y calzada Romana, sentirás, los pasos de su historia impregnada del olor a “Caba”.
Al caminar por sus campos de tierra arcillosa y rojiza, los surcos,  sembrados de fértiles cepas de “vides”.  Al atardecer el viento traerán aromas y la brisas suave te ara sentir susurros pasados de otros moradores.
 Campos convertidos en vergeles, regados algunos por el agua sacada de las entrañas de “Tierra de Barro”. Donde las diestras manos del agricultor, guía el arado, formando surcos tan derechos como los renglones del mejor literato.


“ALMENDRALEJO BIEN BALE UNA VISITA” 
ISABEL CORONADO ZAMORA


domingo, diciembre 01, 2013

RIADAS EN ALMENDRALEJO 




RIADAS EN ALMENDRALEJO

En los años 1930 y década de 1940, en la Comarca de Barros hubo llovía en todas las estaciones del año, no se podía sembrar en ningún valle, ni en la mitad de los llanos como  “Campo viejo” en la carretera Mérida.

Era difícil andar por los campos, pues la abundancia de lluvia hacía que se formasen “Remanaeros” (cuando el suelo no admite más agua e inunda el terreno). Estas tierras en época de aguaje se valoraban mal al ser vendidas, al no poder sembrarse en ella, pero cuando había sequía eran las más apreciadas y se compraban caras.

Las lluvias caídas con fuerza daban lugar a riadas que entraban en Almendralejo por dos sitios: Una de ella formada con el agua  que venía del  “Alto de las Cumbres” en el camino de Villafranca de los Barros y contornos, que corría hacía el Padrón Redondo y vertía en la Alberca  Vieja, que lograba frenar la riada, cuando no, saltaba su Toma y desbordaba el regacho Charnecal e inundaba vereda de igual nombre e iba arrasando todo lo que encontraba, dirección a la alberca Nueva, (hoy las trescientas viviendas), cuando no lograba detener la riada su Toma,  la saltaba y en tromba entraba en el regacho Airón, rebosando su cauce que corría en dirección a lo que hoy Avenida la Paz, Pilar Viejo, actual Plaza de Extremadura, uniéndose a las riadas que venía de la zona de la Piedad, que se había formado con el  agua procedente del valle que vertía en el camino Molino y  final de las Pizarrillas, que provocaban la inundación de la zona de las Minitas, corriente que pasaba debajo del puente que hubo a la altura de las bodegas Bote en la carretera Sevilla, a veces lograba rebasarlo, inundando la parte baja de los paseos de la Piedad, para unirse con la riada, procedente del valle que empieza en la vereda de Mal Pelares, a su paso iba anegando todo lo que encontraba,  saltando o pasando debajo del puente que hubo en la carretera Santa Marta y final de la calle Monsalud, riada que  inundaba la parte delantera de la ermita de Nuestra Señora de la Piedad ( debido a esto hacen la famosa Sartén para facilitar el acceso al lugar).
Corriente que iba hacía la parte baja  de la calle Vistahermosa, inundando este sitio y casas que ponían compuertas en las viviendas.
Ambas  riadas unidas en este punto entraba en el arroyo Cagancha que tomaba más fuerza y desbordado pasaba  por  la calle Francisco Pizarro y calle Real. Y al principio de la calle el Pilar, hubo una Cloaca muy grande en forma de portalón en la pared del edificio de esquina, por el que los encargados del ayuntamiento bajaban al colector que pasa debajo de la calle Real, que  tragaba  parte de la riada,  la que no era absorbida seguía su curso por calle Pilar y Suárez Barcena, y al final de estas se unía con la que venía de la Avenida la Paz. Que unidas tomaban dirección al matadero (hoy un hotel) y campo de fútbol,  donde un año la riada en este lugar logró metro y medio de altura.
Y proseguía dirección a la carretera de Badajoz, en aquella época sin nada edificad.
No fue menor la riada que hubo un año en la Era, hoy parque de las Mercedes, donde se estaba realizando la trilla de los cereales de Gualupe, cuando la riada entró inundó y arrasó todo lo que encontró a su paso y la “parba” y encinas de paja como una balsa se las llevo y las puso encima del camino de Fuente del Maestre, estropeando grano y lo que hallo a su paso. Otra riada recordada y grande la que inundó  los bares de la plaza de Extremadura, uno de sus dueños, fue sacado por el tejado.
Contaba Tomas Gil Amaya, que enfrente de la calle Villalba, estuvo la fonda donde se hospedaban los arrieros y en la puerta dejaban los carros cargados de Carbón y esta misma riada se los llevó, arruinando a estas personas con tal desastre.       
Todas estas inundaciones  provocaron  la ruina de  muchas personas, al depender los negocios unos de otros.

ISABEL CORONADO ZAMORA


http://www.youtube.com/watch?v=Pu-0IzEoDJo
http://www.youtube.com/watch?v=Pu-0IzEoDJo



QUIERE Y VERAS GOLONDRINAS

Chiquetita dime lo y cuando tu me lo cuentes sabre el vaivén de una vida. Chiquetia tu que caminas por los senderos abruptos de una vida, donde el presente es un futuro.
 Chiquetita, esa que empezó a caminar a mi lado, la que junto estuvimos en los momentos alegres y fulminantes de un espacio llamado vida,donde reinaron esos días grandiosos. Que aparecen caritas de niños y la vida te va dando sabor y cocimientos sobre un mantel lleno de platos que son servidos con experiencias y comido con apetitos y deseos de saber
 y conocer sabores que la vida  que se deposita sobre el mantel.
Chiquetita que estuviste en aquella calle, juntas recordamos, al sonar aparecen en esta canción que esta llena DE MEMORIA Y NUNCA SE OLVIDA.
 La risas que  fueron junto a mis mejores seres y volveremos a ser felices y caminaremos por aquel camino, donde un niña, deposito recuerdos cariños y lo mejor de uno que ya esta para siempre en ese lugar vagando, acariciándote, cuando el viento silba, chiquetita nananananananannnnaannaannna y mas amor es lo mejor que la vida da y hace un corazón tan grande.

ISABEL CORONADO









LA NINA QUE SE QUEDO DENTRO
Por Isabel Coronado Zamora


La historia que vais a empezar a leer, te llevara a un pasado solo existente en la mente de su dueña.
¿Qué fue de aquel niño/ña, que un día de la vida la en cerramos tan dentro de sí y nunca mas la sacamos al exterior?.
Al empezar este relato me voy a una humilde casa de cualquier pueblo de la Extremadura  rural de los años 1950, surgen recuerdos del principio de una vida. 

Túnel del tiempo, con gusto entraría en él, al salir encontraría una calle con casitas blancas de cal, donde las vecinas eran miembros más de la familia, compartiendo entre ella problemas, necesidades y alegrías sí las hubiera.

Dimensión, que  se abren,  dejando entreabiertas puertas para pasar y  encontrar  aquel abuelo, se llamaba Juan,  alto, de ojos azules de tierna mirada, siempre lo conoció pelado al cero, pela realizada por su amigo el gitano Canilla, que era esquilador de burros y mulas lo pelaba así, y no le cobraba un real.

 Él se había quedado viudo, la mayor de su cinco hijos sé hizo o le dieron el cargo de cuidarlos junto con una vieja vivienda destartalada.

El abuelo hombre paciente y bobalicón, debido a su bondad, con una honradez que lo llevaba a perjudicarse por beneficiar al oponente. 

Su oficio fue mozo de mula y de los buenos, por entonces todos los trabajos se hacían con caballerizas, a las que dominaba, lo mismo que los surcos con el arado, que eran derechos, quedando la parte  mas como paseo que lugar de siembra.

Trabajo siempre en casas grandes, la ultima sería la de un conde dueño de media campiña  y del cortijo regio y  de estirpe en las entrañas del campo, donde moraba el señor de la tierra.
Siendo niña me llevaron un día a este lugar, imágenes que nunca he olvidado. Por ser sitio de encinas y  monte bajo la caza era abundante, realizándose en ella monterías, cuando a su dueño le placía para disfrute de él e invitados, eso si  prohibida para los trabajadores y  a toda persona ajena al aristócrata. Ví como paseaba delante de los obreros con toda confianza, que poco menos que eran de la familia, codornices, conejos y demás variedades que los trabajadores cuidaban con sumo esmero, para el AMO, como se decía entonces al jefe, sí alguno se atreviera a comer alguno de aquellos animales serían despedidos.
 Es verdad que podían cazar los obreros, pero solo  rapaces y reptiles que sé comían los huevos de las aves y como el hambre aprieta, eran muchas veces las que sé guisaban, águilas con arroz o lagarto comido por mi tío José según él era de carne blanca, buena y parecida al pescado.
Aquel día me daría secuencias e imágenes y vivencias  para recordar toda una vida.
 Nada más llegar y abrazar a mi abuelo que estaba al lado de un gran carro de yunta cargado de pasto y tirado por una reata de mulas, mis  ojos infantiles se llenaron de pronto de espanto, al ver como una serpiente reptando sigilosamente iba con su lengua bípeda y deseosa de picar la pata de una caballeriza que estaba junto a nosotros, instante que mi tío con su pesada bota de cuero con polainas de material hasta la rodilla, de un pisotón, dejo caer su pies sobre la mortal alimaña que con su cabeza destrozada yacía junto a las pezuñas del animal, poco le había faltado para dejar su veneno en las articulaciones del pobre animal, pero la rapidez y destreza de mi tío lo había evitado.  Es verdad  que la mula con sus orejas y espanto había empezado alertar a los presentes del peligro que se acercaba. Mis primos y yo que éramos de la misma edad, con unos palos cogieron la víbora, como sí de un trofeo nuestro fuera, mientras entonábamos una Gori sin Gori por ser  lo que veíamos hacer y decir a los curas en los entierros en el trayecto que iba desde la casa del fallecido a la iglesia.
Para aliviarme del susto, mi abuelo me llevo haber las cuadras, nunca en mi vida he visto tantos animales juntos, desde mulas, caballos, asnos, mulos, muletos. Todos comiendo  en un pesebre enorme que cogía de una punta a otra de la nave y en el medio, de un extremo a otro del lugar un raíl con una vagoneta  llena de paja y pienso, para aligerar y hacer más rápido el dar de comer a los animales.  En ella me monto mi abuelo y me paseo  como si de un tobogán se tratara, causándome tanta  risa  que empezaron a resonar por todo el cobertizo,  las alegres carcajadas divertidas y cantarinas, que    contagiaron a los presentes que empezaron a reír igual.                                                                                                                                                                                           Los ojos de mi abuelo de mirada tan azul, se llenaban felicidad  mezcla de ternura y emoción.
Al no estar los dueños de la hacienda  y ser mi progenitor persona de toda confianza, me empezó a enseñar el lugar y tomando me de la  mano  empezamos andar por un camino de piedritas de río donde  se podían ver trozos de conchitas. Estaba el sendero bordeado de árboles de fruta madura, que desprendía aromas y fragancias, mientras caminábamos debajo de aquel idílico toldo, frondoso y aromático, el canto de las chicharras se oían  en la era cercana donde los trabajadores preparaban la parba  para después ser trilladas. A lo lejos se oían  las voces de los segadores, mientras segaban, con un arte de oficio  inigualable, con el hocino en una mano mientras con la otra agarraba el  haz de espigas, y con  un movimiento de muñeca de un tajo iban  segando  un grano dorado de tallo largo que iban depositado en haces, que los mozos de mulas iban con horcas, depositando en grandes carros de yuntas para llevarla a la era, que rodeaba el cortijo.
Para mis años, el lugar me pareció sacado de un cuento, pero más lo vi así cuando al terminar el sendero por donde caminábamos, vieron, mis ojos infantiles lo que el tiempo no a logrado borrar del recuerdo.
 Fuera por lo feliz que era en ese momento o porque del mundo que yo llegaba no lo había y lo más que había visto era el destartalado parque a medio hacer de mi pueblo, que al entrar en aquel remanso de vegetación, donde el ramaje dejaba ver  a tramos  el                      cielo azul  por entre las hojas de los árboles y oír el agua  de los surtidores al caer, armónicamente en una fuentes donde había una estatua, con  figura de niño, con un cántaro  del  que salía un arco de agua, que al reflejarse en él la luz del sol, hacia que se convirtiera en un arco iris de colores, del que los pájaros, tomaban agua, sus trinos llenaban el lugar de musicalidad, haciendo volar la imaginación, mientras miraba en uno de los estanques los peces de colores diversos y al introducir mi pequeña mano en el agua, empezaron a dar aletazos y hacer curvas simétricas, que me divertían y empece amover más el agua del surtidor, empecé divertidamente a reír con fuertes carcajadas que se mezclaban con el canto de las aves y el ruido del viento al mover las ramas, haciendo del lugar el paraíso de la Inocencia, pero pronto, mi atención iría a pararse en una flor acuática del estanque, en laque descansaba  una rana al sol mientras  croaba alegremente contagiada por  mi felicidad,  mi sorpresa y asombro, quedo reflejado en la desmesura forma con que abrí la boca cuando vi como el anfibio de un gran salto se introducía en las profundidades del agua y como su diminuto cuerpo nadaba de bajo del agua.

Aquel  parque del cortijo tenia bancos de cerámicas de diversos colores, llenos de caracoles que empezaría a despegar, pronto dejaría de hacer  aquel oficio, al asirme la mano  mi abuelo para salir  de allí y en caminarnos donde  pernoctaba.

Han pasado años y lo mismo que  no  he olvidado la belleza, no  he podido  despejar  a lo largo del tiempo, las imágenes de ver el cuchitril que los dueños del lugar les tenían asignado era pequeño con un ventanillo por donde apenas pasaba luz y aire, su camastro  estaba echo de troncos de árboles clavados en la pared, el jergón de paja de maíz estaba encima de unas reventas tablas y debajo de la cama para aprovechar el  terreno  habían metido sacos, de vaya  usted a saber de que.
Del techo, colgaban en ristres y manojos guindas, tomates, ajos, cebollas, mazorcas de maíz y un sin fin  de cosas que hacían que al entrar tuvieras que ir sorteándolas para no darte con ella en la cabeza.

Nada de lo que se veía allí era de mi abuelo, ahí de él si tomara algo,  todo estaba bien contado. Mi progenitor dormía en aquel lugar, donde él  aire viciado,  con el polvo y olor que desprendía lo que había  allí colgado le producía una alergia que le hacían llorar los ojos e inflamársele al pobre hombre.
  
Cuesta sacar esa niña a pasear, y exponer recuerdos.
Pero es buena terapia.

ISABEL CORONADO