Mi pequeña historia de Almendralejo

miércoles, mayo 29, 2013






San Vicente de Alcantara, estrallendo el corcho de los alcornoques.



NUNCA

Nunca digas a Dios, nunca te rindas, ni pienses que todo es difícil, que el espacio es un lugar mágico donde tu eres un punto perdido.

 Nunca digas me duele el alma de padecer de no encontrar lo que busco, ni allar el sueño almacenado durante una vida que nunca consigo ni soy capas de alcanza.,

 Nunca te encuentres solo te sentirás mal en estado de pesadez de no valoración sin ser visto ni sentido, por un semejante tan gruel que eres tu, que te domina que te vence que te lleva  donde tu quieres, sin sentido ni longitud.

Nunca y Nunca Mas seré lo que no quiero , venceré ese que me domina y me logra hacer todo lo que el otro me dice que logre.

Siempre encontrare un lugar mágico, en las entrañas de mi ser donde refugiarme, donde ser  todo lo que esa nube, que me envuelve y me ciega no me  deja posarme en esa flor mágica que es mi voluntad en libertad.
ISABEL CORONADO

lunes, mayo 27, 2013

LA ALBERCA VIEJA ALMENDRALEJO



 La alberca vieja, a si llamábamos a esta presa que paraba las riadas cuando las lluvias de las tormentas, y las aguas de los dos arroyos,  Palomino y Charnecal,  entraban en este valle descontroladas buscando con bravura salida hacia campo abierto.
Hoy me gusta pasear por este lugar y sentarme en su brocal y recordar los días de mi niñez, cuando estaba próvido acercarse a este lugar. Y hay estaba el morbo y escaparse a ver lo desconocido a costa de una buena paliza.
Un año el jefe de un tío mio sembró en estas tierras algodón, cultivo que cuando florece es como si una nevada se hubiera depositado sobre las matas, pero su recogida es horrible. 
Al ir doblada mientras lo recolecta, cuando terminas el dolor es insoportable apenas puedes enderezarte.
Pues bien mi abuelo y yo iba todos los días a las cuatro de la tarde a coger algodón a este lugar. 
Cuando íbamos bajando la pendiente que había hasta llegar a este lugar, oíamos en la lejanía el silbato del correo de las cuatro de la tarde (el tren), a mi siempre me llenaba de nostalgia por el deseo de salir corriendo, montarme en él e irme a donde fuera con tal de no recoger algodón que no me gustaba.

Cuando mi abuelo veía que el costal suyo y mi séquito estaba lleno lo suficiente para cargarlo y llevarlo hasta la casa a cuesta, que no es que estuviera lejos, pero si era pesado el subir la,  sudando.
Mi abuelo me colocaba el saco en la cabeza, de tal forma que se veían las piernas, pareciendo  un saco caminando, que ligera subían la pendiente por llegar a casa.
Hoy cuando voy a este lugar que están recuperando,   miro al sol, que  me deslumbra, en ese espacio de tiempo salen al exterior recuerdos, que forman imágenes, que salen caminando.
 Veo una niña graciosa rebelde, desobediente que se niega  recolectar algodón, dice que le duelen los dedos, que le pinchan las flores secas donde se aloja el algodón, el anciano de ojos azules de igual color  del de él cielo,  me sonríe haciéndome recordar, aquellos atardeceres que me los alegrabas diciendo me, que cuando termine la cosecha, me van a convidar, dinero para comprase el libro para la escuela,  aquel enciclopedia de Alvarez, que a un conservo.
 Me encantaba leerlo, releer las historias que en el  aparecían.
Querido abuelo que estas en los cielos, lugar donde únicamente puedes estar y en este trocito de tierra donde cada atardecer me esperas, me saluda, un abrazo y un beso en la frente que tanto te gustaba 

"TE QUERRÉ SIEMPRE"
ISABEL CORONADO

miércoles, mayo 15, 2013

SI ME LEES DIME DE QUE QUIERES QUE TE CUENTE UNA HISTORIA, LO ARE.

jueves, mayo 09, 2013

LAS VISITAS




NORIA EN SAN MARCOS


Las visitas fue una actividad que se hacia por costumbre,ir haber a familiares y amigos, pasando con ellos conversando la tarde contándose como les iba la vida, cosas familiares  de los demás componentes O simplemente hablar por hablar de todo bicho viviente.
Me aburrían y huía de ellas buscando la forma de evitar tener que acompañar a mi Tía Lola.
Hoy al pasar por la calle Palacio me fije en la casa donde cada año en verano cuando volvía al pueblo iba al atardecer de vista a ver a su amiga.
Nunca olvidare cuando la acompañaba aquellas aburridas vistas donde la conversión no era ni monologo, una vec el prime día se contaban las novedades de todo el año sin verse, el menique del abanico sobre su pecho, banicándose, era el único ruido y siempre frases suelta y una decía" ESO" Y LA OTRA CONTESTABA" PUES ESO".
A sí transcurría la tarde hasta que anoche cía y la amiga empezaba removerse indicando que la visita acababa.
Recuerdo la casa, me pasaba todo el tiempo mirándola tanto que volvía con dolor de cuello, era una casa en aquellos años divina de verdad, comparando la con la mía era un palacio y más me lo pareció cuando tuve que ir al servicio cosa que en mi casa era inexistente y me encontré un una bañera tan grande que para mi estatura de entonces podía nadar en ella, me llamo la atención los dos bates que había juntos,  no sabiendo que uno era un vi del y teniendo duda para que serviría.
Todo  en aquellos años resultaba de lujo una gozada.
Otro día al ser verano la visita fue en el patio de la casa, aliquelado con baldosines de Juan Navia, y un mosaico de la virgen de la Piedad, que aquel día nos acompañaban.
 Las primas de Madrid, que odiaban las visitas, empezaron a meter miedo a la hermana le dio en decir que detrás del mosaico estaba enterrado el marido de la mujer, fusilado en guerra por  partisanos.
Pronto empezamos a tener miedo que se fue acentuando cuando la mujer, hablaba del difunto y de como murió, una historia muy trágica que fue acercándonos a su pena  que debido a nuestra edad no comprendí amos por que las personas del pueblo tenia que matarse.

Lo mejor de esta visita fue cuando la amiga de mi tía compro un televisor algo imposible de conseguir en aquellos años de tantas escasead.
Ir aquella vista empezó a ser divertida sobre todo si coincidía con la sería recuerdo La llamada " Flecha rota" imitada al atardecer, era estupendo acompañarla. Lo malo era que casi nuca la veía terminar pues la amiga tenia una sobrina que llegaba con hambre y la tía nos aligeraba. dando por finalizada la visita.

ISABEL CORONADO ZAMORA