Mi pequeña historia de Almendralejo

martes, febrero 22, 2011

CONVENTO DE FR FRANCISCANOS DESCALZOS EN ALMENDRALEJO



El tiempo es un reloj con agujas grandes, y entre sus minuteros con rapidez pasa nuestra vida.Para dar paso a nuevas gentes con inquietudes que hagan mover la manivela que hace girar el mundo, estos creerán que son eternos.
Como pensaron los fundadores del convento de San Antonio conocido por todos los habitantes del lugar, es de los más queridos y emblemáticos de Almendralejo.
Pero en el pasado al pasar por ese lugar, lo hacíamos aligerando el paso al caminar, por lo solitario y poco iluminado que estaba por la noche.

Pero su entorno siempre estuvo rodeado de moradores que participaron en la vida del pueblo, pues eran personas emprendedoras deseosos de avanzar pues es la característica de las personas que habitan este pueblo.
Fue un convento regentado por religiosos,como fray Pedro de Almendralejo, nació en Almendralejo y fue el primer escritor, que en 1600 escribió una obra y la imprimió en la imprenta, de "Hijos de Pedro Gutiérrez",en Almendralejo.

Fray Francisco de Almendralejo, se mortificaba liando sobre su cuerpo alambres y cubriéndose con un chaleco de piel de cabra.

Caminaba mirando hacia el suelo evitando y rehuyendo, mirar a las mujeres, murió de un enfriamiento.

Pero los religiosos tuvieron una gran preocupación por la cultura, se esforzaron por enriquecer la biblioteca del convento, llegando a tener a finales del siglo XVIII, 1871 libro, diez libros de folios y catorce legajos, que los frailes habían ido recopilando a lo largo de los años, esfuerzo que sería baldío, al estallar la guerra de la Independencia, al entrar en el pueblo las tropas napoleónicas que se adueñan y convierten el convento en cuartel, expulsan a los frailes de él.

Cuando termina la contienda los religiosos regresan al convento que ven destrozado y amenazando ruina, la congregación después de una guerra queda en condiciones precarias, intentan salir adelante, pero en 1835 con la ley de desamortización de Mendizábal el edificio es expropiado por el estado y el 9 de septiembre de 1836 dejan el convento, al que se le da diversos usos. Fue viviendas para familias pobres, y pajar o almacenes de trigo.

Una parte, del convento, sería convertida en fábrica de harina, panadería, época en que se hace la chimenea que hasta hoy se conserva.

También fue fábrica, de jabón y años después, fabrica de aderezo de aceitunas de verdeo, cuyo dueño fue Garbancito.

También hubo un intento de poner en marcha una fábrica de fideos con tecnología avanzada, que no llegaría a funcionar.

El convento de San Antonio a lo largo de los años sería utilizado para diversos usos y por el ayuntamiento para guardar objetos embargados.

Y Utilizado también de hospedería para misioneros, que visitaban la ciudad y como cárcel para sacerdotes contrarios al absolutismo, por haber firmar un manifiesto oponiendo se al mandato del rey Fernando VII, y en represión eran recluidos el convento.
En 1881 sus de pendencias alojarían el colegio de secundaría de N,S de la Piedad de enseñanza privada, trasladada do años después a Cultural Santa Ana.

En una de las habitaciones de la parte superior, cedidas por el ayuntamiento vivió el sacerdote Pascasio Fernández, que vivía en la miseria, todo se lo daba a los pobres, pero murió en soledad.

El convento sería cerrado y así estuvo durante muchos años y cuando pasabas por del lugar lo hacía rápido temiendo miedos infundados en relatos escuchados, en las largas noches de invierno mirando la llama de la lumbre de la chimenea mientras escudaban relatos exagerados al irse contando a lo largo de los años, del misterioso pasadizo secreto, utilizado por los frailes, de su crista misteriosa debajo de la iglesia,cuyo suelo esta cubierto de losas mortuoria , pues los frailes al morir eran enterrados y las losas con un numero tapaban las sepulturas.



La iglesia continuaría abierta para el culto y en ella sería enterrada la madre del poeta Meléndez Valdez.

Poeta que vivió y curso sus primeros estudios en Almendralejo antes de marchar a Madrid.

El convento sería comprado por los ascendientes de Félix García de la Peña y la huerta sería adquirida por los Marqueses de Monsalud y Fernando Villalobos.

Los frailes en la parte conocida por “Dehesa de los Descalzo”, tenia una gran zona de cultivos diversos, con una casa de labranza, construida en la parte izquierda de la curva de la carretera de Alange, enfrente de la entrada a la finca de Buen aval. Nada queda de lo que fue solo es tierra “Villa ara.

La vivienda de los religiosos estaba pegando al puente y al regacho, la huerta tenia un cenador y un pozo, y en una de sus paredes mirando al saliente había una pared llena de pequeños salientes en forma de nichos donde se posaban y anidaban las palomas mensajeras con las que se comunicaban los frailes del pueblo.
En la huerta del convento había otra pared de igual características, pero mirando al poniente.

A ultimo del siglo XIX Don Jerónimo Caballar intento restaurar el convento, mal traído por los avatares de la vida, haciendo mejoras como la casa de la ermitaña en 1900.
Los años unidos a la vida van pasando y trasformandose los recintos que el tiempo deteriora, y así lo que fue una huerta frondosa mientras los frailes la tuvieron luego convertida en un jardín por los sucesivos compradores como fue el Marques de la Encomienda, lugar donde hubo gran variedad de árboles y plantas que el tiempo hicieron perecer.
Pues bien en este lugar años después hubo una representación de un belén viviente siendo San José Alonso Arenas y su señora la virgen y uno de sus hijos el niño Jesús.
El convento se fue deteriorando no su ermita que con el dinero de los fieles se iba manteniendo por el gran fervor que se ha tenido siempre a S.Antonio, imagen que se encuentra en el altar mayor de la iglesia.
Muchas fueron sus ermitañas que vivían en la casita inmediata totalmente dedicadas a su cuido de las más recordadas están Concha y Paca Calero cuidadora de la ermita de San Antonio.

Aquella huerta que los frailes mantenían con riegos de aguas sacadas con una noria, después de pasar por un total abandono,como un cenit, surgió y se convirtió en uno de los rincones más vellos de Almendralejo, con árboles de especies diversas que han logrado sobrevivir al igual que los frutales y almendros centenarios.

Sitio que trasmite paz y tranquilidad en un tiempo lleno de prisas y desasosiego.

En el recuerdo de muchos esta el cine de verano “Alegría” cuyo dueño fue Navia.

Lugar lleno de enredaderas, que en las noches estivales derraban perfumes, mientras los espectadores veían películas, en el descanso, había una cantina donde se tomaban bebidas y helados.
El Convento de San Antonio, después de su declive, seria restaurado, pues el tiempo al ir pasando, fue con venciendo, que era necesario, su restauración,y darle utilidad al edificio.
Convertir sus de pendencias, en la universidad popular, biblioteca ect.
Y Unido al convento se encuentra el Conserva torio de Almendralejo, lugar donde los Almendralejenses a demás de aprender música nos deleitamos escuchando a grandes artistas y alumnos aventajados.

jueves, febrero 10, 2011

Las vivencias; son nostalgias llenas de reproches que todos quisiéramos mejorar.


LA SAVIDURIA LA DAN LOS AÑOS

Francisco Hurtado GIL





Francisco Hurtado de 93 años tiene: cuatro hijos trece nietos y ocho bisnietos.
Cuenta que con cinco años, fue a la escuela de la calle Harnina, con el maestro D. Leopoldo y a los 10 años dejo de asistir para trabajar en el campo.
Sus primeros jornales fueron arrancando “Parrones” (cepas viejas), con el azadón, cobrando cuatro pesetas.
Por la noche iba a la escuela de Sangentene, que estaba esquina calle Martos con Santa Marta y de Zagalón le gustaba leer el libro de sus padre, de historia de España.
Y de niño, en los carnavales se disfrazaba con las sayas, pañuelo y bastón de su abuela.
Pero después de la guerra, las mascaras son prohibidas, por posibles represalias.
En su niñez los juguetes fueron escasos: un caballito, un sable y una escopeta.
En Noche Buena, se juntaban las familias y saboreaban arroz con leche, papas de harina, sopa de boda, y escabeche. Reuniones que acabada la guerra cesan pues en todas las casas había luto.
Después de la cena navideña, se hacia una reunión entre amigos, llamada “Zambomba”. Los había gorrones que no ponían nada, otros se valían de su gracia y disfrutaban de la juerga sin pagar y eran dejados para hacer la fiesta más divertida.
Recuerda aquella zambomba en la calle Martos, estuvo llovió toda la noche, y a las seis de la mañana se fue a casa.
Su padre le había dicho el día antes que iban a coger aceitunas si no llovía y como la lluvia no había cesado; pensó que no irían.
Al llegar a casa, llamo suavemente a la ventana, para que le abriera su madre, temiendo la bronca del padre, que estaba en la cocina haciendo la candela, para poner en las brasas la estrébedes y encima el perol para hacer las migas y arrimar el puchero, a la lumbre para hacer el café.
El padre, al verlo, le dijo -vamos nos a coger aceitunas -- con el agua que había caído durante toda la noche, después de una juerga, bebiendo bailando, pensó que era broma.
Pero sin rechistar, hizo lo que el padre dijo y montado en la bestia, iba de un lado a otro, hasta la parte, donde los olivos estaban chorreando, y mientras ponía el telón, empezó a llover, agua que no despejo los vapores de la juerga, cayendo de bruces, encima de las aceitunas. Su padre, fue hombre embrutecidos por los trabajos y la vida.
El cante le ha gustado e iba a los cantaores, cuando venían al cine y teatro Espronceda, y en frente, en lo que hoy es el parque, hubo un cine de verano, sus paredes eran de tablas y uralitas.
En el teatro Carolina Coronado, había cine en invierno y espectáculos y se celebraban en su salón: bodas, banquetes y los carnavales.
En el Obrero en su patio central, había bailes y allí fue donde conoció y se enamoró de su señora.
Tuvo tres novias: Teresa, Luisa y Visitación, con la que después de tres años de novio se caso.
Las diversiones, era pasear en invierno por la calle real y en verano por los paseos de la Piedad, las feria de San Antonio, Santiago la Piedad, la pascua de Navidad y Semana santa.
El día que entraban en quinta, se juntaban los amigos y con los padres iban al ayuntamiento, donde los median y pesaban.
Luego una caldereta, con el borrego criado por la familia, bien regado con vino y solo para los hombres.
Las mujeres en casa, las amistades visitaban a la madre, para consolarla, por que al año siguiente el hijo se iba a la “Mili”.
Al ser movilizada su quinta su padre lo llevo a Badajoz, (viaje pagado por el ayuntamiento) al cuartel de Menacho, donde lo miden, reconocen, y llevan a la estación, tomando el Correo para el frente, con diecinueve años, después de terminada la contienda, estuvo un año más.
De la guerra de 1936 le cuesta hablar, estuvo en el frente de Granada, en sierra Nevada, con los Nacionales, sufriendo muchas carencias, el hambre, les hizo buscar alimentos en el Hotel Duque, que al estar en la línea de combate, había quedado destruido, buscaron comida que no hallaron, tomando, sumieres y colchones que llevaron a las trincheras, para no dormir en el suelo.
Los pueblos, estaban destrozados sin nada en pie, no comprendían el horror que les rodeaba y un día los mandos de los dos bandos, acuerdan, parar la lucha, y reunirse ambas tropa en medio de las dos líneas, él entabla conversación con un miliciano de Sevilla, que le pide que le escriba una líneas a su familia y a su novia, pues no sabia hacerlo y desde su posición no podía mandar carta, y si iba a Sevilla fuera haber a sus gentes y le diera noticias de él.
Al final se intercambiaron la gorra, y reanudaron la lucha.
En el frente el rancho era frió, latas de sardinas, cuando las había, en otras posiciones, hubo guisos de garbanzos ect.
Los mejores tiradores, eran elegidos para fusilar, siendo él uno, pero gracias a Dios no tuvo que hacerlo, pues al tirarse al suelo haciendo instrucción en un barbecho, una mata llamada “Gatuna” al rozarse con los espinos venenosos les produjo una erupción muy dolorosa, que le fue hinchando la mano, e inmovilizando se la.
Al ver le la herida el teniente instructor, lo mando al botiquín, librando lo, los que hacían estas ejecuciones, no volvían a ser los mismos, cuenta.
En los combates se tomaban, rehenes y el tiroteo era intenso, para salir de las trincheras en un palo ponían un plato que era agujereado en cuanto lo asomaban.
En el frente de Granada, perecieron muchas personas, y el coronel de la posición, con el bando contrario, acordó hacer un alto, y enterrar o quemar a los muertos de cada uno, los cadáveres en descomposición, hacia irresistible respirar.
En el frente se pasaba, mucho frió, apenas tenían ropa, horrores sufrido por una juventud envuelta en una lucha sin razón.
Al ir terminando la guerra iban ocupando pueblos, partidarios de la republica, e iban abriendo las puertas y en una casa vieron unas latas enormes y sin saber lo que era, se las echaron a pecho, bebiendo se su contenido, resultando ser mermelada, que no conocían pues nunca la habían comido, la necesidad les hacia alimentarse de lo que encontraban.
En los mandos, hubo personas malas y otros buenos militares, como el sargento Vergara.
No a olvidado el parte de guerra de franco que decía “Hoy 1 de abril de 1939 cautivo y desarmado el ejercito Rojo, las tropas Nacionales cumplen los últimos objetivos Nacionales----“ Francisco Franco”.
Terminada la guerra y llega a casa, le dice a la familia, que no se arrimen a él, pues venia infestado de piojos y eso que en una acequia se habían aseado. Durmiendo en el suelo envuelto en una manta aquella noche por miedo de contagiar a su familia.
Al día siguiente, su madre lo baño, desinfectaron con alcohol y la ropa fue cocida para matar tanta miseria.
Durante toda la guerra solo vino una vez con ocho dias y él se tomo quince.
Su mujer Visitación Hernández, vivía en la calle Villalba, bordaba a maquina, bolillos, y ganchillos.
Para la pedida fue su madre a casa de la novia, para formalizar la relación, haciendo un refrigerio, las dos familias, llamada “Entrada” donde se fijaba la fecha, de la boda y gastos, que eran a medias.
Desde ese día el novio entraba en casa de los suegros, pues hasta entonces, por respeto, permanecía en la puerta, sin trato con la familia de la novia y esta igual.
Se casaron en la Parroquia, y se fueron a vivir a una habitación con derecho a cocina, en la calle Villalba con otros caseros.
Los novios, cuando llegaban de la iglesia al lugar del convite, se ponían en el zaguán de la casa delante de una mesa, donde los invitados iban echando el dinero que podían en una fuente.
El baile fue animado con la acordeón, tocada por una mujer, sentada en una silla encima de la camilla.
No hubo viaje de novios, y las sobras de la boda se las comieron al otro día con la familia y a la jornada siguiente a trabajar, siempre con su padre que le daba el jornal y el beneficio de una fanega de viñas.
Su mujer, confeccionaba la ropa interior, siendo contratada por la familia Casilla, para hacerle, el ajuar, la lencería no era vendida en las tienda del pueblo se confeccionaba.
Visita de soltera, cosía todo el año en la casa de Lorenzo Álvarez, donde las piezas de tela e hilos estaban en estanterías, en una habitación dedicada para la costura, para confeccionar lo que la familia precisara, sabanas combinaciones y los ajuares.
Y mientras cosía, Petra la mujer de Lorenzo Álvarez le ponía la cuna de uno de los doce hijos que tuvo para que se los vigilara.
En los años 1945 hubo una sequía muy grande y las cosechas fueron muy escasas y se van a vivir a la casa de los padres de Francisco, en la calle Rafia, donde nacen sus cuatros hijos.
Era una vida muy dura, había mucha hambre aunque en su casa gracias a Dios no falto un plato de comida.
Su mujer, ayudaba la economía de la casa con la costura, que deja, no quería que su suegra hiciera todas las tareas domesticas, el fregar era a mano y de rodilla, lavar en la panera y acarrear el agua de pozos cercanos.
Cuenta que la calle Rafia, hoy Pablo Ruiz Picasso, solo tenia el primer tramo y el segundo una sola cera y enfrente un descampado y la Era llamada la “Estaca” con pozos (de forma de Huevos) y el llamado Santo, zona rodeada de veneros, estaba el pozo de Tomas Fernandez, de Cerezo, Bote Pitarra, con una casita y guardesa encargada de vender el agua, el de Salvatierra, Fabián y el de Teresa.
En la esquina de División azul, con Pablo Ruiz Picasso, estuvo la fabrica lejía la Paloma, propiedad de “Cuadrado”, que era vendida en botellas de cristal, donde también había un pozo y en la casa siguiente de Juan Retamar “el Canario” otro.
Vivencias, difíciles de resumir, Francisco no olvida, amigos ya desaparecidos como Alonso el de la “Garabata”, Joaquín el de la “Regala” y sus primos José y Francisco Pelliquita.

ISABEL CORONADO ZAMORA

miércoles, febrero 02, 2011

CAROLINA CORONADO

                GRAN POETISA

                                                           CAROLINA CORONADO





ESTO QUE VAIS A LEER ME SUPUSO UN TRABAJO DE DOS MESES.QUITÁNDOLE HORAS AL SUEÑO, PERO VALIÓ LA PENA.

DEDICADO TONI BOTE,GRAN AMIGA Y PERSONA,

TRABAJO REALIZADO CON SUMO GUSTO PARA LA ASOCIACIÓN DEL MERCADO, EN NOVIEMBRE DEL 2008.

DISFRUTE BUSCANDO DOCUMENTACIÓN Y LEYENDO LIBROS SOBRE LA OBRA DE TAN GRAN POETISA

ME ALEGRO QUE ME PIDIERA ESTE TRABAJO QUE ME HIZO SABER MÁS DE TAN GRAN MUJER.

LEER Y DISFRUTAR, QUE CON SUMO GUSTO OS LO REGALO, SOLO QUEDARME UNA BREVE OPINIÓN.


Victoria Carolina Coronado Romero de Tejada, nació en Almendralejo el 12 de diciembre de 1820, en el numero seis de la plaza del Altozano o de abastos, después llamada plaza vieja, y actual parque de Espronceda. Así consta en el Archivo Parroquial de la Purificación.

Se ha especulado sobre la fecha de su nacimiento, Ángel Fernández de los Ríos biógrafo, sembró confusión al situarla en 1823 y Ramón Gómez de la Serna dijo en 1821.
Baile de fechas que confundió a generaciones y también a su marido el diplomático Horacio J. Perry. Cuando les comunica a sus hermanas su matrimonio y que ella era un mes mayor, cuando, eran tres años, él nació el 23 de Enero de 1824.

Carolina tuvo tres hermana, Matilde, Julia y Virginia) y cuatro hermanos (Fermín, Pedro, Ángel y Emilio).

Durante su niñez, como era costumbre, ayudara a su madre, en tareas domesticas y cuidar a sus hermanos, a los que le dedica varios poemas y al más querido Emilio.
La capacidad de Carolina para versificar (componer versos) fue extraordinaria, antes de aprender a escribir ya componía poemas.

Como el realizado a la muerte de una Alondra, escrito por su hermano, pues ella aun no sabía hacerlo, no conservadose, al servir el papel de mortaja al pajarillo.

El siglo de su nacimiento estará lleno de represiones, tragedia e ideales románticos, generación que busca un lugar en el mundo, donde la violencia y la muerte serán experiencias que pronto a prendera la poetisa, al nacer en una familia liberal.

Cuya estirpe era natural de Campanario des de el siglo XVI, formada por linajes de Hidalgos rurales (nobles) y hombres de letras.
El padre de Carolina Coronado, Nicolás Coronado y Gallardo, era natural de Villanueva de la Serena y había venido a Almendralejo, de joven para representar en la Comarca de Barros, jabones de la fábrica que la familia materna poseía en Villanueva. También fue secretario interino en 1835 al crearse la Diputación de Badajoz.
Nicolás Coronado contrajo matrimonio en Almendralejo, con Mª Antonia Romero, hija de Pedro Romero de Tejada, Natural de Nieva de Cameros, (la Rioja), establecido en la villa, para dirigir un banco y casando con María Falcón.
Fermín Coronado abuelo y padrino de Carolina, ocupo diversos cargos públicos al servicio de las Cortes de Cádiz. Después del trienio liberal será causa de persecuciones por parte de los absolutistas.
En 1820 con el alzamiento de Riego, tiene lugar por partidario del rey en Almendralejo desordenes, siendo el anciano Don Fermín, encarcelado en la localidad.

Al plantar cara él y su hijo al absolutismo y tiranía de Fernando VII, al ver como intenta pisotear la constitución, que había defendido, son encarcelados y despojados de sus vienes, por su oposición al monarca, los absolutistas conseguirán una orden de encarcelamiento del rey, que no puede mandar lo al patíbulo, al ser persona respetada en España y querida en el pueblo y misteriosamente es asesinarlo en la cárcel de Badajoz.
Será años des pues, cuando el marido de Carolina, en una carta escrita en 1852 aclarara que el abuelo de su esposa fue ejecutado secretamente por orden de Fernando VII, por sus principios liberales y confiscado sus bienes, al igual que el padre de la poetisa, por defender la constitución y oposición al monarca, expropiado su capital y es encarcelado.

La familia entonces para estar más cerca, se tras lada a Badajoz, la poetisa tenía ocho años y a su llegada lo ve como un pueblo grande, viejo y destartalado, con calle tortuosa y lugares pintorescos, que había ido creciendo sin orden, con casonas blasonadas, don de las campanas de la catedral marcaba la vida de los pacenses,

Sufrirá al visitar en la cárcel a su padre y como su madre era victima de insultos y de aberraciones por los absolutistas, al ir todos los dias a ver a su marido, para darle aliento, dejando estos sucesos la marca de la tristeza en ella, que a lo largo de su vida sentirá repulsa hacía la opresión y defensora de libertades humanas.

La época que le toca vivir, la turbara y marcara su espíritu sensible, pero no impedirá que su sabiduría de niña precoz despierte, en estos años claves para el desarrollo personal y literario de la futura escritora.

La boda de Fernando VII, con Maria Cristina de Borbón en 1829, dará lugar a unas anmistías, que permitirá la libertad de su padre, el drama familiar por su estancia en la cárcel, dará mucho sufrimiento a la familia y a su liberación la alegría, la ara componer un poema, dedicado a la infanta María Cristina en agradecimiento.

En uno de los lugares que familia, habitara, será en la calle Doctor Lobato nº 4, casa sobria y elegante de una familia extremeña acomodada, perteneciente al edificio de la catedral, comprada por Don Nicolás Coronado, por un proceso de desamortización, saliendo a subasta por 37000 reales y vendida por 110.000,.

A ella le gustaba recrearse, cuidando el patio y jardín y junto al pozo de agua fresca, a la sombra del parral, refugio de niñez y adolescencia, distrayendo se con el roció de una flor o el vuelo de un pájaro, inicio de una pronta poesía, fue amante de la naturaleza, la vida urbana la consideraba llena de intereses materiales y codiciosos.

Sus primeros años de vida los pasara entre Almendralejo y su entorno, inspiración de sus obra más poética será Sierra Jarilla ( Salvatierra de los Barros) y Bótuoa, lugar lleno de encinas y atravesado por el rió Gévora, y la ermita de la virgen de Botua, su leyenda unido al paisaje lindando con Portugal captara su sensibilidad.

En Sierra Jarilla escribirá “Amor de los Amores” a la muerte de Alberto.
Residiera en la capital pacense, pero sobre todo en el campo, hasta 1847 donde por cuestiones de enfermedad viajara a: Sevilla, Cádiz, Madrid y un largo viaje con su padre por Europa, en él que escribiría del Tajo al Rin.

Al nacer en una familia rural acomodada, será educada como marcaba la sociedad de la época, en su casa bajo la dirección de su madre, Doña Antonia Romero de Tejada, que intentara enseñarle los conocimientos caseros, adquirido de su progenitora: sencillez, orden, economía, hacendosa, recatada, abnegada, empleando se a fondo, en la moral, religiosidad, labores, bordados y encajes.

Carolina revelara lo poco que le atraían estas tareas, contaba que en cuestión de labores la enseñanza fue selecta, en lo referente a los estudios, escasa, todo se volcó en la ciencia del pespunte, bordado y encaje extremeño que era tan enredoso como el código latino donde no hay un punto que no ofrezca enredo.

Su madre quería que adquiriera los conocimientos que una buena esposa debía saber, pues en otras disciplinas la pobre mujer no había sido formada, a un así sabía, que eran imprescindibles para una señorita elegante, otras enseñanzas que la burguesía iba imponiendo.
Como hacer salir a la mujer del enclaustramiento de la casa y mantener vida social: paseos, tertulias de ambos sesos, baile, saber escribir y contestar cartas, pintar, tocar el piano, leer libros de formación cristiana ect.

Son aires nuevos que escandalizan a su madre y coinciden con la niñez y adolescencia de Carolina, que adquiere todos estos conocimientos. Pintara y expondrá cuadros en el Liceo de Badajoz, conservándose dos acuarelas de sus manos, en el palacio Cacereño, que fuera del conde de Castillejo.

En la música fue alumna aventajada, en tocar el piano y el arpa.
Leer le apasionara contrariando a su familia, atada a otras costumbres, que con su oposición le provocaran gesto de rebeldía y la aran devorar lectura.
Su madre llegara a prohibírselo, para hacer las tareas domesticas que tenia abandonadas.

Teniendo que leer de noche, casi a oscuras, sustrayendo, libros de la biblioteca familiar o prestados, los cuales memorizaba. No era mujer de la época que le tocaba vivir, el tener su propio criterio personal, la hacía marcar su destino, sus ansias de saber y gran intuición, dejaban ver la gran poetisa que sería.

Aprenderá sola el francés, manteniendo una conversación con un particular acento, que ella con inteligencia sabía llevar, pues su formación fue auto didáctica.
Le apasiona la lectura de Tarso, Petrarca y Lamartine y sola traduciría obras de autores italianos

Tenía páginas favoritas de la obra de Santa Teresa, Fray Luis de León, Garcilaso, San Juan de la Cruz, Menéndez Valdez y otros, aprendiendo de todos ellos.
Adolescente rebelde, llena de angustias, que la hacen violenta, al sentir las criticas de otras mujeres y hombres, firmes oponentes a sus ideas.

Creara su propio mundo, lleno de seres inventados, unas veces querrá convertirse en tórtola y otras flor de Adelfa arrastrada por el rió Gévora, o ser una golondrina y viajar a la lejana África otras, sentirse mecida por un soplo de Aquilón (viento del Norte)

Su tío, Don Pedro Romero, fue presidente de la Audiencia de Sevilla y Diputado de la Corporación Provincial Pacense, que animara en sus afanes a Carolina y será intermediario, al enviar algunos de sus poemas, al dramaturgo Juan Eugenio Hartzenbusch, aunque en principio no son contestados, su tesón lograra que su tío, siendo amigo del escritor, se lo presente, logrando que le preste atención, al ser persona amable, al servicio de los escritores noveles y decisivo para ella.
Su corta edad y audacia, no la amilanara, llamado la atención a un hombre entregado a escribir y múltiples cuestiones como era Harzenbuzch.
Los primeros trabajos de Carolina los revisara y corregirá, dejando los corregidos en casa de otro tío materno, Don Manuel Romero Falcón, para que se los entregue a la escritora.

Al componer “A la Palma”, tenía la frescura de los quince años y la fantasía de la adolescencia, publicada en 1839 por el periódico Madrileño, el “Piloto”, editado por Alcalá Galiano y el extremeño Donoso Cortes.

Publicación que ara que se sepa de su esplendida belleza en Madrid, donde los románticos la empiezan a idolatrar y Espronceda al leer “A la Palma” dedicara estos versos. “A Carolina Coronado después de leída su composición A la Palma”.

Dicen que tienes quince primaveras
y eres portento de hermosura ya,
y que en tus grandes ojos reverberas
la lumbre de los astros inmortal.
Juro a tus plantas que insensato he sido
de placer en placer corriendo en pos,
cuando en el mismo valle hemos nacido,
niña gentil, para adorarnos, dos
Torrente brota de armonía el alma;
huyamos a los bosques a cantar;
dénos la sombra tu inocente palma ,
y esposa tu virgen soledad.
Mas ¡ay! perdona, virginal capullo,
cierra tu cáliz a mi loco amor,
que nacimos de un aura al mismo arrullo,
para ser, yo el insecto; tú, la flor.


Sin embargo no tendrá noción de esta poesía dedicada por Espronceda hasta 20 años después, en el Liceo de Madrid que se la leen.

Los poemas “A la Palma y a las Mariposa”, le producirán grandes angustias, al ser tachada de audaz e irónica, escribiendo una vez más a Hartzenbusch, cartas, donde el dramaturgo ve aflorar, la vocación literata de una jovencita atrevida, con una adolescencia inadaptada, en constante desazón.

Al igual que otros románticos esconderá sus turbaciones y angustias, en un espíritu inquieto, donde la sonrisa y gloria esconde un alma desgraciada, con contradicciones que la llena de una pena, que ni ella misma acertara saber donde nacía.

Guiada por su corazón, abatido y melancólica, y sus principios liberales le aran sentir la necesidad, de compone una poesía social, o abanderar el batallón, formado en Badajoz de voluntarios anticarlistas, cuando tuvo lugar el abrazo de Vergara, en 1838.
La Diputación en agradecimiento, le regala una sortija de brillante, por el esfuerzo realizado.
Extraño gesto de una jovencita triste y solitaria, pero ejemplo del romanticismo heroico impulsivo de aquella generación. Ella, ignoraba la admiración que estaba desencadenado, metida en su mundo interior, refugio de inquietudes, tristeza enfermiza y depresiva que aumentara a medida que avancen los años.

Gran parte de la angustias juveniles, son provocadas por el medio que la aprisiona y deseo de desarrollar su talento y salir de la mediocridad y alcanzar el éxito, logrados por pocos, difícil para una chiquilla, donde la mujer intelectual no es considerada, sus aspiraciones prohibidas, provocndo burlas.

Ella misma se queja a Hartzenbusch de la presión social que tiene que aguantar, le contara su rechazo hacia otras tareas que no fuera escribir.
Se quejaba del atraso de la población donde vive, en la cual era un acontecimiento que una mujer hiciese versos, sin ningún maestro, considerado por los hombres copias y las mujeres ni las comprendían y solo sentían envidia.
Pero aun así, esto no servía de impedimento, pues ella no estaba dispuesta a renunciar al placer de componer.

Tendrá que enfrentarse con reacciones que desaprobaran sus ideas literarias, se ara fuerte y creara un difícil equilibrio entre la voluntad propia y la del entorno.
El Sr Tejado le dará algunas lecciones de literatura, que tenia que suspender ante las tareas domesticas o asistir a paseos, ante una sociedad extremeña, que rechaza que estudie una mujer y llegue a ser catedrática, cosa que provoca escándalo y risas.
Y decía la poetisa, cada mujer nace ya temiendo las diferentes opiniones ajenas y el ridículo.

Carolina evitaba labores y saciaba estudios que su familia prohibió, leyendo en las horas de sueño debilitando su salud, su madre tratara de atajar, pero ella se aferrara más, al componer versos conservándolos en la memoria, causando distracciones en tareas caseras, que provocan risas, a extraños.

Decidiendo antes de levantarse dedicar una hora a meditar, pero el poeta no puede vivir así, con burlas, incomprensión y envidias, por eso sentía que en el campo estaba la verdad de la vida.

Su romanticismo esta más próximo a Beethoven, Byron y los Lakistas ingleses, que eran considerados románticos rurales.
Su romanticismo la hacia sensual y temperamental, al ser mujer le estaba prohibido expresarse libremente como un hombre, cosa que le obliga a refugiarse en la naturaleza, sintiendo se prisionera de un sistema, donde el vuelo de una tórtola le hacía sentirse en libertad, igual que las aromas del campo que libres viajan por los rincones de la campiña.
A los veinte años su inteligencia despierta, estará en constante forcejeo con el género masculino, que desprecia a la mujer brillante.

Admiradora de la poetisa griega Safo, compone” los Cantos a Safo” y “el Salto de Léucades”, Carolina no quiere solo recordar a una poetisa griega sino, utilizarla para expresar la inteligencia y belleza de la mujer, en una constante riña por demostrar la nulidad, entre la mujer convencional y la creadora, dando a conocer el talento innovador, e invencible ante la fémina bacía, que sucumbe el hombre.
Provoca escándalo en las composiciones donde poner similitud entre Safo y Santa Teresa de Jesús.
Sus versos son corregidos entre 1840 y1843 por Juan Eugenio Hartzenbusch.
Carolina ira madurando literariamente y sicológicamente, en constante choque de intransigencia, que la enseñaran a dominarse, creando un mundo poético propio, evitando desafíos a los dictados de la sociedad que le rodea.

Reflejara a la mujer y sus inquietudes en el filo de lo prohibido, hace cuatro composiciones a flores. A si cantara a la Amapola, la cual se afana por abrirse a los rayos del sol, que es la gloría acaba siendo abrasada por unos minutos de esplendor.
El Lirio, olvidado y escondido donde alcanza su vejes sin que nadie se percata de su belleza.
El Girasol escomo una encarnación de la escritora. Desvergonzada flor ansiosa de gloría, que desprecia las recatadas horas de la noche, a la espera creadora del sol, fuente de la vida.
Más flor y mujer en su ambición, persiguiendo esplendor, pagaran con la oscuridad y desprecio del astro.
La mujer como la flor su destino es la sumisión y la oscuridad del silencio, Composición que refleja su tensión ante la sociedad, y clama con sus versos sentimientos hacia ese marido, verdugo encarnación de una especie maligna que la sociedad alimenta.
En 1843 Se publicara en Madrid la primera colección de poemas de Carolina Coronado, dedicados a su tió Pedro Romero, que siempre la alentó, con prologo de Juan Eugenio Hartzbunsch, de la mano del dramaturgo no pudo tener mejor presentación.

El Romanticismo se mantenía en su apogeo y la poetisa tenía, belleza, juventud, ingenio y algo en su interior que la hacia sentirse desgraciada, cosas vitales para ganarse a la juventud romántica a Espronceda y otros poetas que la acogieron.
Un capitulo en la vida de Carolina se cerraba, quedando a tras su vida provinciana, con versos prohibidos, quehaceres, juegos, la niña y adolescente, murió al publicarse su primer libro.

Fue una Revolución Social, siendo con Gertrudis de Avellaneda, las primeras, en hacer una generación de poetisas, con Vicenta García de Campanario, Robustiana Armiño de Galicia, Amalia Sonallosa, María Cabezudo de Badajoz,, Ángela Grassi, Encarnación Calero, Tomasa Gonzalez, fueron pioneras en abrir camino a otras mujeres, como Emilia Pardo Bazas, Rosalía de Castro ect...
El critico Gustavo Devill, defensor de la poetisa, considera su obra “ Sigea” la mejor, traducida al francés, y Norte América, lo ara William Cullen Bryant, siendo admirada su poesía por el presidente Abran Lincoln.

Sin embargo Carolina, sumamente conocida en el siglo XIX es olvidad en el siguiente siglo. Los diccionarios y libros de literatura hablan poco de su obra, cuando lo hacen, es para asignarle errores sus detractores.

Su obra poética es merecedora de ser conocida, por el “ polimorfismo” (variedad) en la
métrica, y uso de los adjetivos y “sinestesias” (sensación variada de una localización).
Fue centro de atención de la prensa y revistad feministas a perecidas en España en el siglo XIX abriendo una puerta al feminismo.

.ISABEL CORONADO ZAMORA