Mi pequeña historia de Almendralejo

domingo, diciembre 25, 2016

UN SURCO EN TIERRAS DE BARROS


ALBERCA VIEJA DE ALMENDRALEJO

Que decir ni pensar cuando una música te guían los dedos, sobre el teclado de tu ordenador, diciéndote que tecla tienes que rozar, que punto o pausa, para meditar, una corrección, un pensamiento, lleno de nostalgia.

Luego el dedo corre por coger el pensamiento, vendrán correcciones, que harán tu escrito mas a tu gusto.

Te llena un pensamiento, que quieres expresar que la canciones te motiva y se revela por no acoplarse,  un pensamiento con alas, cual no fue concebida, la lleva a tu terreno y la asomas  al lugar de la estaciones, mas preciosa de la comarca de Barros.

 Puede reflejar prados verdes, salpicados de floras, viñas brotando, llenas de sarmientos vigorosos, para engendrar prosimios racimos para la cosecha que ira madurando.
Lentamente el despojo en la primavera, dará la aroma a la la campiña, es cuando el racimo que nace va dejando la protección,  del futuro vago que se ira desarrollando.

 El descogollo poblar el viñedo cuando se ve al hombre de campo con una fina vara de olivo, va cortando los brotes de los potentes y tiernos sarmientos, para vetarlos y se esmere en hacer un racimo, grande de uvas prietas, llenas de caldo para ser devoradas por el lagar, para convertirlas en los mejores vinos de la Rivera del Guardiana.

No hay mejor que la música para envolver un párrafo que se revela en quedar en blanco, pero al sonar, tu meditación y ver su asomo su vida, sin historia, sin nada, ni decir cuando el amor se estrella sobre la salida.

 Cuestión, donde el horizonte es la meta, de un surco que busca el corazón de Barros, donde solo la  referencia, tomara el arado del horizonte, alojo de montañas, cubres, cabezos y lomas.
 Sembrados por la primavera de flora, reflejo de visiones, alojo de cielo e inmensidades de ilusiones.

Sin esconder nostalgias,  como un gato agazapado, en busca de la hierba que le ara vomitar las historia de su estomago que le devuelve la paz.

Amor de los que te rodean capítulos deseosos de acabar, de olvida, que te hacer ansiar, terminar el libro, que es tu vida, lleno de preguntas, que no entiendes, pues la frente choca contra el dorso de la palabras.
Que bonito es todo, te siente anidado en una red que no te pertenece,  que solo el fin te descubrirá que la vendimia esta lista, el racimo maduro, el surco, de  la tierra áspera para ser desterronada por la pisada del vendimiador.

ISABEL CORONADO ZAMORA

















domingo, diciembre 11, 2016



                                 MONTAÑAS

HUERTA MONTERO ALMENDRALEJO


La libertad de  ese mundo donde la tierra debajo de nuestros pasos donde se albergan los sentimientos, sobre ojos de amor.

 Montañas donde  brotan estancia sobre nuestro ser, espada que luchan sobre los latidos de piedras, en   montaña lejana.

 No hay mas agua que la que sale de unas lágrimas juntan sobre las orillas de unas mejillas, de un rió  otoñal, que la suave brisa de espuma.

 De una vida que se balancea sobre las cortinas de estancias vividas, de libre espejo de una mirada, albergada en un pasado, donde todos pensamos estar libres sobre las cimas de las montañas encadenas, que formaban nuestros primeros años, llenos de corazones, de latidos de piedras de caminos, que la vida te obligaba a tomar.

 Sobre las miradas abrazaban las retoños, que cada estación del año traía con un tren cargado de estancias, que iban pisando, tocando, viviendo heridas, donde buscaban refugios de una libertad, que siempre fue espejo de una estancia llena de espejos albergue de una mirada reflejo de la vida que era un sendero sobre otros viajes.

ISABEL CORONADO ZAMORA