SANCHO
GRAGERA
Las
historias populares, llevan a estancias que desvelan incógnitas de vivencias y
recuerdos.
Contados, telefónicamente, por Sancho Gragera,
que marchara de Almendralejo en 1933, hacer el servició militar a Barcelona
donde le cogería la guerra civil de 1936.
Y al
igual que otros jóvenes de la época su mocedad se fue rápida.
Sancho vivió
en la calle el Lole (hoy Carreras), de Almendralejo.
Recuerda la fuente la Negra, y haber ido a echar
tragos de aquella agua de buen beber y
buena para la cocción de garbanzos, por
la poca cal y sal que tenía.
Fue
persona, siempre deseosa de aprender y por la noche, después del trabajo,
asistía a la escuela de pago de Dieguito, en enfrente de la fuente la Negra.
En la
distancia la nostalgias, le hace volver, a los atardeceres en la “Besana”
(tajo) del conde Bagai, donde trabajo, siendo un niño con su padre, surcando
rectos líneos en la tierra verter hada por las rejas del arado, tirado por bueyes,
otros iban detrás de yuntas de mulas.
Duras tareas, labrar la tierra, al paso de
estos animales, que lenta y rectamente iban arando la tierra, guiados por la
sabiduría del mozo de mulas.
No ha olvidado
al compañero, José Calero “el Gato” que era “Aperao” (encargado de los aperos)
o Juan Zamora, el Cachorro, mozo de mula.
Recuerda
las Cacerías que hubo en la finca de Palacio quemado y la que tuvo lugar en
Peña Ovejera en el año 1933.
Pasado
un tiempo trabajo también con su padre, en la empresa de Zacarías de la Hera
den Almendralejo
Pero en
sus recuerdos quedan las Jiras pasadas, en San Marco, donde se degustaban ricas
calderetas, en el Pilar de Tiza, coto de Baldeorite, mientras escuchar a sus
mayores, hablar de una ermita que según oyera, debió de estar por donde la
fuente santa.
Y como
el día de San Marco, unos se quedaban en las inmediaciones donde estuvo la
ermita del santo.
Recordaba la “Pedrera de Manolo” donde al ir
extrayendo se la piedras se había formado un gran hoyo, que en tiempos de lluvias
se llenaba y los jóvenes lo utilizaban para bañarse y también, en las albercas donde
el hortelano lavaban la verdura de la huerta, que lindaba con la carretera de
Badajoz.
Por
bañarse le pagaban al dueño, una perra chica “cinco céntimos”.
No
olvida a eucalipto y otros árboles, que fueron, plantados en el paseo de la
Piedad, enfrente hoy la estatua del Vendimiador, por un grupo de alumnos de las
Escuelas del Estado Gratuitas de la calle Arnina, que fuera un convento de
monjas has la la desamortización de Mendizábal, luego convertido en el también llamado, el teatro viejo, hoy Ortega y Gase, Sancho asistió
a este colegio.
Y por los años 1920, siendo Don Paco Montero
de Espinosa alcalde de Almendralejo, fomenta el día del árbol, haciendo participe
a los niños, desde la infancia, el amor y respeto a la naturaleza, y
responsables de cuidarlos y regarlos.
En la
distancia nunca olvido su árbol y como cada tarde al salir de clase, iban a
regar los todos los días, ayudados por maestros y jardineros, cada uno se
encargaba del suyo, agua que tomaban del Pilar Nuevo, de buena construcción,
que se suministraba de un manantial que estaba en los jardines de la piedad ya
desaparecido.
Demolido y sustituido por una fuente, de cuatro
surtidores que no dan agua, su brocal de granito formo parte de aquel legendario,
Pilar parada de transeúntes y labradores a la ida y vuelta del campo.
Sancho
recuerda el baile al lado del ayuntamiento actual, en calle Mérida y Espronceda
y el conocido por el Chaleco y el de Ojos grande, en la esquina de la carretera
Santa Marta, salón muy bueno de baile, al lado la taberna de Felipa.
Y Ola
Sociedad del obrero lugar de ocio y Baile
En el barrio el Pepe el de la Morena,
amenizado, por el acordeón de Gallarin que tocaba de oído.
La
diversión a veces era reunirse con los amigos en las tabernas, tocando las
palmas y bailando, mientras degustaban vino y formando juergas entre ellos.
. Cuando
se entraba en quinta, se juntaban los más íntimos, en un pajar y lo festejaban.
Sus
recuerdos van por senderos, donde aparecen los entornos de la silera de San
roque.
Y le
parece ver la chumbera enorme que rodeaba la casita de Petra Macho, apodo dado por
que la necesidad era mucha y para subsistir iba al campo hacer tareas con los
hombres, mujer sin perjuicios y anticipada en su tiempo.
Recuerda
cuando marcha de Almendralejo para hacer el servicio militar a un pueblo de
Cataluña. Por enfermedad es trasladado a Barcelona, donde el 18 de julio y le
coge la contienda que ara en el bando republicano.
Luchando
en el frente de Badajoz y Mérida, no pudiendo volver al pueblo, por estar los
nacionales.
El día 11 de agosto, de1939 fue tomado Mérida,
por los Nacionales y retroceden a Don Benito, donde estaba el bando republicano,
estando hasta septiembre o quizás octubre, durmiendo en la iglesia parroquial
de este pueblo y buena mente podían.
Volviendo
de nuevo al frente de Mérida, donde todo se escaseaba, sobretodo la comida y
sin poder ver a los suyos.
En el
frente de Guareña, estuvo, con varios paisanos, uno fue Mauricio apodado el
Pavito, que tenia varios hijos y antes de la guerra, un puesto de jeringa en la
calle San Antonio.
Era este guerrillero y plena lucha desde una casa,
una bala lo alcanzo hiriendo lo en el vientre, y muriendo, dentro del pueblo de
Guareña.
Otro camarada fue Andarin, pertenecía a una
familia considerada de Almendralejo, su padre con barrenos sacaba piedras de la
pedrera de san Marcos.
Andarin
era guarda de asalto y en la retirada, de Guareña luchando entre las viñas, fue
alcanzado por un proyectil, que
corto vida e ilusiones de libertad.
También pereció,
en este frente, el conocido por, Juanito el de la Caseta.
Cuando
atacan Mérida, el Comandante, era Capitán de Guardia de Asalto, (sería
ajusticiado en Don Benito), toca retirada abandonando, la ciudad Merítense.
Y en septiembre
es trasladado, haciendo el trayecto en tren y hasta finalizar la contienda estuvo
en el frente de Barcelona, de Superior de Intendencia.
Terminada
la guerra cada uno tiran por diferentes caminos buscando un lugar seguro.
Hace
años, volvió a Almendralejo, los rincones, estaban impregnados de recuerdos y
cambiado, los eucaliptos, habían sido talados, junto con su árbol y el de los
compañeros, en la reformo del parque de la Piedad).
Nada quedaba de la alameda que daba sombra, al
manantial que a borbotones manaba constantemente y para mejor aprovechamiento
del agua, a través de un canal subterráneo iba, al Pilar Nuevo.
En la actualidad
vive en Barcelona, recibiendo a través de familiares, todo lo que se edita de Almendralejo,
deseoso en la lejanía de saber de su tierra y sus avances.
ISABEL
CORONADO ZAMORA