Mi pequeña historia de Almendralejo

sábado, febrero 28, 2015





NO SOÑAR 
 Es caminar por un  sendero de piedras tan rocosas donde las pisadas quedan atrapadas en risco ásperos que dificulta el caminar sin ser posible de encontrar el punto de apoyo del pie que de impulso alcanzar el próximo tramo.

viernes, febrero 27, 2015


LOS PATOS DE LA PIEDAD EN ALMENDRALEJO

Los patos de la piedad, siguen siendo la diversión de los niños.
Hoy con mis nietos he estado y era supe divertidos, lo contentos que se han puesto viéndolos. Una gozada ver a Pablo y Adrian reír con tantas ganas y sentirse sorprendido por el aleteo de los patos, sorprendidos, apuntando con los deditos hacia ellos.
Hace apenas unas décadas estaba en el mismo lugar con su padre y tíos.
estar con ellos es un premio que la vida me da.

Los patos han contemplado durante años crecer a muchos niños de Almendralejo viendo pasar, sintiendo los tiempos, evoluciones de un pueblo, que se ha ido desarrollando, haciendo se creativo, avanzado y emprendedor,.

Los Patitos, como los niños jubilosos, corrían al encuentro de ellos.
Recuerdo, aquel domingo que a su padre quiso salir con los niños tan guapos que era para chillarlos, nada mas salir de casa justo delante de la puerta había un charco, donde fue aparar uno de ellos . 

Llorando lo tomo como pudo para no mancharse, lo subió mientras el niño pataleaba, se refregaba la cara toda en barrada, el traje acabado de estrenar.

Me lleve un sofoco tan grande cuando abrí la puerta, al  ver lo que tenia delante, no me lo creía, el padre me puso la mano en la boca, me dijo cállate, lo llevo a la bañera.

Lo puso debajo de la ducha, vestido lo enjabono, ducho,  le puso una ropa limpia y me dijo-- termínate de arreglar que me lo llevo a ver los patos no ha pasado nada.

Con la boca abierta, no daba crédito, viendo a los niños alegres bajar la escalera.
Iban contentos, a si entraron en el parque de la Piedad, corre que te corre, el padre de tras de ellos , llevaban tanta ilusión de ver los Patitos.

Que esperaban paciente mientras los niños le echaban mi guitas de pan, gusanito, delante de los patos unas plantan y un cerramiento de tela metálica para que no se salieran, delante un  enorme charco resultante de haber regado las plantas.

 Hay justamente fue, donde todo lleno de alegria puso el peciecito el niño, que  se resbalo de bruces,  al sacarlo todo el volvía a estar lleno de barros hasta las orejas.

Ante tanto desatino, al otro niño, lo deja al  cuidado de unos amigos, antes de que llegara la madre y lo viera tome otro camino, llegando a casa en el justo momento que ella bajaba, de que lo vio le dice- no es lo que ves, es solamente que se a vuelto a caer al barro, no es nada no te preocupes, ve te yo me ocupo de él.

Vuelto a meterlo en la bañera sacarlo bien y pelo también secado, listo para salir.
No había pasado nada, solo dos baños en pocos instantes, otra vez en la Piedad .

Allí estaban todos esperándonos, para jugar en el parque y pasar un domingo agradable, de no ser porque la madre le había comprado a uno de ellos una suculenta bolsa de gusanitos, que a los patos le vuelve loco.
Y que se fijaron en ella, de pronto el pato revolotea, va hacia el niño, le coge la bolsa, sale de tras del niño, por intentar quitarle el pato, saltando sobre el animal, pisando el charco, niño mama y el, al  charco.
Embarrados, sucios y muy enfadados, echando nos la culpa. Los amigos consolándonos y apaciguando nos.  Llevando nos a la fuente cercana, mientras nosotros nos peleábamos ellos nos limpiaban, como podían y nos empujaban hacia cual quier lugar donde no hubiera charcos. Salir de una pesadilla tan real como fue lo que os cuento.

ISABEL CORONADO

miércoles, febrero 25, 2015





MAR DE CHIPIONA


SER MAYOR

Quien no deseo ser mayor salir entrar y dejar prohibiciones, en tinaja olvidada, detrás de la puerta.
Mayor vestir como tal y decir soy el amo del mundo.
Pensar que la tierra había empezado a gira,r el día que tu tomaste conciencia de que estabas pisando la tierra que no había dejado de girar ni de ser redonda.
Pienso que el mundo es siempre lo mismo, cansino y pesado, no hay nada nuevo, desde que se hizo, la misma gua que bebemos y meamos, las nubes filtran y vuelven   a ser  apta  par el consumo,  las plantas renacen, las semillas  engordan, en explosion fecundar y germinar una flor que encierra prosperidad, amor y saciar pasiones.
Somos los mismo , el cupo de personas des de que se hizo el mundo es igual, peones de plomo que toman vida con destino, sufrimiento gloria y triunfos adjudicados a la personas que un día se etiqueto.

Nunca morimos, dejamos un cuerpo para tomar otro, vuelta a creerte que tu eres distinto que el triunfo es tuyo para siempre, que nunca vas a dejar todo aquello que ansiaste y luchaste.


ISABEL CORONADO






CAMPO ALMENDRALEJO


Me siento y veo un cielo perdido imposible de conseguir donde los cielos se poblé de nubes, de algodón de aquellas que tanto deseaba en la feria , nubes de azúcar que una vez probadas eran empalagosa y cansinas hasta que se acababa.
Cuando se ansia algo conseguirlo es un anhelo, que conseguido te satura y desalienta queriendo olvidar lo.

Almendralejo es llano como un mantel sobre una mesa rodeado de montañas entendidas sobre el horizonte.
 Sierras altivas que devoran el sol haciendo imposible velo poner en la linea del horizonte.

Las llanuras extensa de una comarca se van uniendo en las palmas de los lienzos de tierra que se van distanciando,  a la vez uniéndose, para formar un lienzo  de diversos tapices de colores.

La mirada clavada sobre sembrados que maduran al sol de un atierra espesa, que no tiene forma, de los lugares donde las pisadas se tienen, que ir  hacia la cumbre de una sierra joven, deseosa de tener.
La siempre sobre barbechos altaneros, a pie de caminos nobles plagados en cuanto el calor asoma de amapolas que cuajan cunetas, orillas y barrancas.
Lomas que son esbeltas y altaneras llamando a la cosecha para que descanse sobre ella su semilla de prosperidad.

Olivos tendenciosos alineados tan perfectamente,  a pinceladas los hubiera situado sobre el lienzo de tierra donde estiran sus ramas batiendo hojas,   fuerza de cosechas que rica aceite.

Isabel coronado

miércoles, febrero 18, 2015





LA LLUVIA EN TIERRA DE BARROS---ALMENDRALEJO.


La lluvia es espesas cálida efectiva, calando los hueso y ala vec acariciando el cuerpo es una mano sosegada que recorre  y se resbala por la piel.

La lluvia Cala-bobo, es un chispea continuo, talento que parece imprevisible, cala y mojar tanto que cuando la pervives estas mojado de arriba abajo.

Cuando llueve, fuerte arrastra la tierra formando, barro roja que se ardiere cariños-amente a la suela del calzado permaneciendo en los talones hasta que la sequedad hace que se desprenda.

A la lluvia le gusta corre buscar cunetas perdidas verter y rebosar cauces perdidos y levantar  fieramente, pavimento ocupados  por donde ella  corrió, con ansia quiere hacerlo con la tempestar, enfurecidas invadiendo un torrente que le pertenece  que fue usurpado caudales.

La lluvia  anega surcos que reflejan las cepas sobre el agua estancada a los pies de olivares, que absorben la humedad, embolsando en sus raíces, que administran tan sabroso liquido almacenando en sus entrañas, para saciar de agua cada ramificación de olivos, viñas y sementeras.

El caminar por los caminos bajo una cortina de lluvia, hace que penetre en ti que la sientas, te guste ser invadida por su olor, al pasar  sus brote sobre la tierra legendarias, plagada de fertil tierra empapando  cepa.  Dejándose envolver y querer por los pámpanos.

ISABEL CORONADO

martes, febrero 17, 2015






HERMITA DE BELEN PUEBLA DE SANCHO PEREZ

LUGARES DE ALMENDRALEJO

Sentí el peso del cuerpo, sobre mi espalda dolorida por la caminata sobre el camino alineado de árboles entre sus ramas, entraba luz suficiente para divisar los cercanos  y floridos huertos que dormían sobre una tierra plagada de hortalizas, tan perfectamente alineada, que eran cordeles   sobre la que tendían las matas suculentas.
  Atravesada por líneos de cebollas, que batían su tallos, aireando sus capas, emitiendo sonidos y dando vueltas sobre su mata girando un sin fin de vueltas.
De pronto vi aparecer a la abuela, sobre el lomo  el borrico, con  enormes serones de esparto, rebosante de tomates  que sonrojados, luchaban por salir a la superficie, para tomar aire, eran deliciosos y carnosos, mofletudos, listo para ser degustados en un Cojondongo,  triunfo de una rica hortaliza.
 La abuela subida, en el borrico batiendo el brazo y jaleando al animal perezoso, que roznaba sin cesar, oponiéndose andar con tanto peso.

De `pronto la mano de la abuela le daba un  sobon sobre el cuello, de un salto se ponía en el suelo, flaca figura esbelta por la dureza del trabajo.

Sabia, de temple como el acero torneado por el herrero en la fragua.
 Temerosa de peligros, batiéndose con ellos, despierta para llegar a tiempo al pueblo.
 Quisiera entrar en la dimensión,  introducirme en el ojo palpitante, asomarme a la ventana, desde donde los días se quedaron estáticos.

 Toman, renacer, se mueven y salen al encuentro.

Ser espectadora de lo vivido debe ser  la película  con fin, encontrar los sentidos despiertos y los miembros ágiles, para subir a la montaña, donde alcanzar el horizonte de linea recta que sube al sol para ser atrapada, encontrar la tierra, que se esconde en la piedra, buscando el rastro del manantial que entra en las comisura de la roca, buscando la filtración que le haga buscar el camino que indique que no todos se fueron ni se encontró en el cielo azul del palpito de la vida.

 viajera pasajera, fecundada por pensamientos sin sentidos, encontrados en la palma de tu mano, que se cierra para viajar, sobre las canas de tu pelo, donde se re-cuelgan los sentimientos de una memoria dinámica, viajera, sabiendo que la inteligencia se van con el amor, de todos los que te arrullaron y te elevaron, por viajes pasajeros, que en el mundo se forma y desforma queriendo ser  la vida alcanzada  por todo lo que estuvo en ella.

ISABEL CORONADO




domingo, febrero 08, 2015

VÍA FÉRREA DE ALMENDRALEJO

Tren de paso por un lugar que nunca se fija al pasar, raíles impersonales sobre los senderos de lugares anónimos, las vistas se estiran y alejan caminando por cielos  diversos que nunca toman el color que uno desea.
Caminos andarines, el viandante, se posa sobre la hierba verde, temprana recia de ver pasar los hielos por encima de ella.
Tren que galopas y saludas pensando llevar alegria con su silbato cantarín, anunciando la llegada.
Ida y vuelta, pasar llegar, a sombro sobre apeaderos, estaciones vacías, pasajeros que no llegan, que se alojan en medios de trasportes.
Romanticismos de tren de ventanas  por donde el pasajero, subía y bajaba maletas, sacando el cuerpo, agitando manos.
 Avisando a los que le esperaban su llegadas y despidiéndose de ellos.
Mientras caminas arrimada a la paz de la vía, disfrutando de conversaciones dinámicas, fijándonos en vides, dormidas.
Barbechos en letargo, por felicidad de saciarse de savias, para apoderarse del granos que la próxima otoñada se deposite sobre sus surcos ávidos de hacer renacer vida en forma de esplendido tallo de grano.
Nubes que viajan sobre nosotros pasando rápidas, buscando refugio en las laderas de los montes,  vagando de un lugar a otro, saciado de agua lugares secos donde el agua caída, es saboreada por plantas que buscan con sus raíces agua en las entrañas de la tierra de secano.
Isabel Coronado

martes, febrero 03, 2015



Parte conocida por EL `PIOJO EN ALMENDRALEJO

Quien fue en un camino el que piso la rama del sentido que se fue por los puntos del horizonte en un sendero lleno de aquella flor que sale en las orillas de cruce de caminos olvidados en los recoletas barrancas que se derraman en busca del camino.
Sientes el campo el aire limpio de zonas  llenas de historias impregnadas en cada terrón de tierra arrojada al camino.
Los surcos van buscando el camino para salir al encuentro al labrador y hacerle ver  la eficacia de una trabajo reflejado los brotes de una cosecha que ansia romper las yemas de una cepa, para abrirse a la vida, dejando que sus sarmientos crezcan,.
 Se llenen de hojas de parras de suave terciopelo que se anida de pámpanos de sabor a vides.
Racimos que asoman al mundo  deseosos de que el sol  les de fuerza para granar y hacerse  las uvas de una `próxima cosecha.
ISABEL CORONADO ZMAORA