Mi pequeña historia de Almendralejo

martes, mayo 08, 2018


                                                                   TIERRA ROJA  BARRO QUEBRADIZO


marca un reloj la hora sobre el papel de la soledad, los minuteros que marcan un nuevo día para pensar.

 Sin saber las horas se perdieron sobre las colinas de mi necesidad, de los brazos del segador que un día su pantalón de pana pieceado se perdió sin coser.

Sombreo diferente, aquel que gozo en sus años nuevos cuando la mesana en el horizonte sin saber como los años marcaron las heladas, en el sol ausente, en el marco de tu frente, sacando pensamientos perdidos de penitencia de día malignos, que sin saber fuimos cambiando.

Duelen los recuerdos y la dificultar de ver un reloj sin pilas, que marca siempre la noche, insultos y brumas.
 Manojo de secuencias que se alejan, sin ver, la lejanía de un pensar, sin el sufrimiento que marco una suela sobra la palma de una mano que se agarraba a ti.

Que termómetro de  sentimientos, hizo marchar  su mercurio, convertido en silueta quebradiza que se alejaba,  queriendo la soberbia salir de la tumba que un días un distes en la tierra..

Enemigo que nunca existió porque la pobreza se fue con la marca del mercurio, que intentabas tomar y mas se alejaba.
 Cuanto mas intentabas tomarla mas se dividía, sin saber que los hijos se dividían, se marchaban por los caminos quebradizos de una vida, que no fue ni poniente ni saliente, solo una pala que hacia los hoyos sobre veredas, que marcaban piedra y señalaban el mismo camino.

 Frente marchita que los ganadores marcaron los malvados pensamientos perdidos, sin saber que tu pie era la lanzadera que sentía los corazones de un alma enterrada, debajo de la cepa de los sentimientos

Que mapa puso en esta tierra que nací y vivo  plagada de tierra roja, que al tomar en las manos se escapa quedando ese color rojizo, que  existió mientras asía con la mirada un surco alejado.

 Negando que nunca estuvo allí el borrador, que mas da cuando quieres  terminar en  vueltas de un querer,  convertido en montañas de músicas, que la chicharra marca  las imágenes inexistentes que  tu Viviendo la necesidad de manejar un papel lleno de frases, llenas de daños, plagadas de raíces que marcaban la vida que acaba.

Se marchitaba, tu nunca estuvisteis en el cero,  fuiste todos los números en mi corazon, las letras de un abecedario, que aprendí a  repetir, porque la letra tuya eras tu.

 El sentimiento el amor que giraba sobre mi cabeza, taza de café, que degustada bajo aquel melocotonero cada tarde,  degustando conversaciones repetitivas, que nunca se volverán a dar, pues todo se fue alejando como la flore que arrancastes.

ISABEL CORONADO

martes, mayo 01, 2018

 QUE FUE EL VIENTO EN LA LLANURA

https://www.youtube.com/watch?v=qn48JorjIi8&index=8&list=RDidwzCpEVzLs

SIERRA DE ALANGE

Donde estas tu, si se fue donde en aquella era perdida, donde tu silueta se perdía, sobre un lecho de alfombras navegando por los recuerdos de tu venida.

 Sin mirar tu cara no siento sensaciones sobre la huella de una barranca que olvide, sin ver que caminábamos separados, de un sentimiento sobre hojas caídas, sin rumbo ni cosas perdidas, en un rastrojo que el secano frustro, sensaciones de un trigal ajado por el sol, que tu silueta navego por el valle de olas de vides tan verdes que el viento hacia serenar.

Cuando en los cuentos se narraban en los coros de un sentimiento, de volver aquellos años  donde todo era grato, hoy en la lejanía donde se ven tan bonito, olvidando todo lo que en su momento se vivía con apuros.
A mi manera se sentía la forma que  de pasar el tiempo que la maleta deposito la fuerzas  tardías, que aquella maleta de madera, olvidada sin ver que  la noches  mezclaba los recuerdos, sin sentir los versos que un día recibistes,  con el amor de la traición de una palabra olvidada.

 No estar sin ti, se fue el cielo el amparo de mis momentos, necesario en la soledad cansada de esperar, el aire que tu olor traía, la forma de verte.
 Me niego a no tenerte cerca sin mas, en un estío de vides,  el barros de la lluvia  pisadas de arcilla.

 La sensación de haber tenido,  el pámpano de un sarmiento en mis manos, sentir el cariño sobre la cepa, que amparo de caminatas, su verdor inundo miradas mientras caminábamos juntos sin darnos cuento de lo importante que era el momento que vivíamos, sobre los collados de las discusiones.

Sobre palabras que un viento se yebo a las copas de la cumbres lejanas, perdidas en las ramas  que movían las miradas, que se quedaba a la sombra del olivo, que un día, formo parte del paisaje como el viento del cariño que la ausencia se llevo ,mientra mirábamos  el espejo de una vida que se rompio un día trece que mi gato negro permitió marcar el reloj que la ida deposito sobr el minutero de la vida que esta en el reflejo de la luna.

ISABEL CORONADO