EL MARQUÉS DE MONSALUD
Don Mariano Carlos Solano nació en Madrid en 1858, heredó de su padre el título de V Marqués de Monsalud en 1886. De su infancia hay pocos datos biográficos, estudió en Bruselas en un colegio jesuita y después estudió en la Universidad de Lovaina. Cuando muere su padreviene a vivir a su residencia de Almendralejo con su madre. Su vida en el palacio fue bastante tranquila en compañía de su madre. El Marqués realizaba excursiones arqueológicas por los pueblos extremeños en busca de restos arqueológicos. Su colección de piezas iría aumentando con el tiempo y formando parte de su gran colección de objetos arqueológicos y artísticos que por desgracia desaparecieron en su mayor parte, pues murió sin descendencia directa en 1910 y poco después moría su madre pasando el palacio a sus herederos.
El estudioso mantuvo un contacto muy fructífero por carta con el Padre Jesuita Fita, correspondencia importantísima porque en ella el Marqués le detallaba exhaustivamente cada pieza hallada, también publicaba sus hallazgos en la “Revista de Estudios Extremeños” y en el “Boletín de la Real Academia de la Historia”, formó parte de la Real Academia de la Historia desde 1898. Su vida transcurría entre las excursiones por el campo en busca de nuevos hallazgos, preparando sus trabajos e investigaciones y los viajes esporádicos a la Academia en Madrid.
La labor del Marqués se ha puesto en tela de juicio por los estudiosos Mallón y Marín en su libro “Las inscripciones publicadas por el Marqués de Monsalud”que lo acusaron de farsante, pero no vamos a entrar en esa discusión por eso remitimos a todo aquél que esté interesado a la bibliografía específica recomendada.
Pero sin lugar a duda el mérito de Monsalud fue recoger una gran cantidad de piezas arqueológicas que sin duda la mayoría de ellas nunca hubieran formado parte de ningún estudio ya que hubieran desaparecido; aunque en la actualidad la mayoría de estas piezas tienen un paradero desconocido, quedan algunas piezas repartidas por los museos y las propias que alberga La Colección de Monsalud en Almendralejo.
Monsalud pudo cometer muchos errores a entusiasmarse demasiado con las inscripciones y hacer quizás traducciones muy precipitadas, pero sin duda su reconocimiento mayor radica como hemos dicho en su empeño por salvar una gran cantidad de piezasdel olvido y la destrucción, y debido a su prematura muerte no vio cumplido su sueño de realizar de un museo con las piezas de su colección.
Isabel Coronado Zamora
Don Mariano Carlos Solano nació en Madrid en 1858, heredó de su padre el título de V Marqués de Monsalud en 1886. De su infancia hay pocos datos biográficos, estudió en Bruselas en un colegio jesuita y después estudió en la Universidad de Lovaina. Cuando muere su padreviene a vivir a su residencia de Almendralejo con su madre. Su vida en el palacio fue bastante tranquila en compañía de su madre. El Marqués realizaba excursiones arqueológicas por los pueblos extremeños en busca de restos arqueológicos. Su colección de piezas iría aumentando con el tiempo y formando parte de su gran colección de objetos arqueológicos y artísticos que por desgracia desaparecieron en su mayor parte, pues murió sin descendencia directa en 1910 y poco después moría su madre pasando el palacio a sus herederos.
El estudioso mantuvo un contacto muy fructífero por carta con el Padre Jesuita Fita, correspondencia importantísima porque en ella el Marqués le detallaba exhaustivamente cada pieza hallada, también publicaba sus hallazgos en la “Revista de Estudios Extremeños” y en el “Boletín de la Real Academia de la Historia”, formó parte de la Real Academia de la Historia desde 1898. Su vida transcurría entre las excursiones por el campo en busca de nuevos hallazgos, preparando sus trabajos e investigaciones y los viajes esporádicos a la Academia en Madrid.
La labor del Marqués se ha puesto en tela de juicio por los estudiosos Mallón y Marín en su libro “Las inscripciones publicadas por el Marqués de Monsalud”que lo acusaron de farsante, pero no vamos a entrar en esa discusión por eso remitimos a todo aquél que esté interesado a la bibliografía específica recomendada.
Pero sin lugar a duda el mérito de Monsalud fue recoger una gran cantidad de piezas arqueológicas que sin duda la mayoría de ellas nunca hubieran formado parte de ningún estudio ya que hubieran desaparecido; aunque en la actualidad la mayoría de estas piezas tienen un paradero desconocido, quedan algunas piezas repartidas por los museos y las propias que alberga La Colección de Monsalud en Almendralejo.
Monsalud pudo cometer muchos errores a entusiasmarse demasiado con las inscripciones y hacer quizás traducciones muy precipitadas, pero sin duda su reconocimiento mayor radica como hemos dicho en su empeño por salvar una gran cantidad de piezasdel olvido y la destrucción, y debido a su prematura muerte no vio cumplido su sueño de realizar de un museo con las piezas de su colección.
Isabel Coronado Zamora