Mi pequeña historia de Almendralejo

lunes, octubre 24, 2011





LO QUE  QUE FUE  HOY ES EL PARQUE DE LA MERCEDES


LA "ERA" PARA LA TRILLA EN TIEMPOS DE SIEGAS;







ERAS DE ALMENDRALEJO EN EL FONDO LA ANTIGUA COOPERATIVA SANTA ANA.HOY PARQUE DE LAS MERCEDES.
LOS JÓVENES ERAN COMO SON HOY SUS HIJOS DESEOSOS DE COMERSE EL MUNDO QUE ACABARON POR DARLE TAN SOLO UN LAMENTO

"ENTRINE"EN ÁRABE SIGNIFICA ARROYO VERDE.


Entrines, así se llamaba la calle donde habitaba de mi abuela IsabeL, hoy, avenida de America, en Almendralejo,la cual nada se asemeja con lo que fue.
Cerca pasaba en la parte baja un pequeño arroyo llamado en un tramo “CHARNECAL” y en otra parte “AIRON”

Aquel día, al llegar a la casa materna de mi padre y abrir la puerta, vi Amalia planchando su ropa, en casa de la abuela que solía hacer amenudo, no es que ella viviera alli, lo hacia y la abuela siempre reguñía, respondiendo ella, con explicaciones, que aburrian a la abuela, que optaba por poner su mano sobre la boca, que era su costumbre, cuando estaba harta y no queria discutir, mientras, hoy a su otra hija Manola decirle, -¡mama deja la ya!.

Amalia, estaba en medio de la casa, delante de la camilla,tapando el pasillo, continuaba, planchando, con la plancha, enchufado, el cable que colgaba, del único enchufe, implantado a la vez en la boquilla de la bombilla colgada del único arco de la casa, que daba luz al pequeño comedor.

Sin dejar la plancha, con tal arte que la deslizaba, por la ropa con un domino que al sentir la puerta abriese siguió con el menester.
Su cara se ilumino y empezó a sonreír y dar la bienvenida al visitante.

Alguno de los primos estaban sentados en las sillas de asiento realizados de juncias, degustando un trozo de pan, de miajón blanco, y encima había un trozo de queso fresco,de sabor agrio, debido a su fermentación al estar en una gran arca de madera donde eran guardados los alimentos.

En la reunión familiar todo era alegría, y querer hablar a la vec, cuando de pronto suena un gran ruido, nos miramos y pronto el olor nos hizo comprender que alguien se había ido del punto un “pedo”, nos miramos haber quien había sido y a la vez, negamos haber sido.

Amalia empezó a reír, como lo hacía mi padre, que no era sonrisa ni risa, como si lo hicieran, para dentro y diciendo haber quien es el listo que dice quien es.

Como nadie lo decía y conociendo a su hija la abuela se levanto y se fue hablando entre dientes, mientras la chiquillería, se acusaban, diciendo se, ha sido tu.

Entonces Amalia levanta la mano libre y dejando la plancha aparcada en el planchador, dijo -¡alto! ¿ya se como se va a descubrir quien ha sido?, ¿Cómo? contestaron intrigados-.

Que enseñe las manos quien las tenga más coloradas.

Y aquí, que la más decidida y dispuesta para demostrar, su inocencia, enseño la suya.

y la tita muy tranquila las miro y dijo después de verla, -tu has sido, - como – respondió la cria- pues si hija con esto, quiero enseñaros ha todos que debéis ser cautos y desconfiar de las apariencias.
La verdad de la explicación, serian los años las que nos la irían aclarando.

Fue una mujer tan ocurrente y dominadora de la situación que nos supo a poco lo vivido con ella

CONTINUARA---

-ISABEL CORONADO ZAMORA

martes, octubre 18, 2011

LOS PRESTIÑOS


CAMPIÑA DE ALMENDRALEJO

Cuando comienzo ha recordar me parece tener aun los años de aquel día, cuando Amalia, dicharachera, con calma, espavientos y risotadas, empezó hablar, logrando, enseguida ser centro de atención, con sus ocurrencias, que nos provocaban risas, al escucharla.
Aquella tarde llovía, y estábamos sentados esperando los prestiños, de unA fuente, tapada con un paño blanco, mientras nos lo íbamos comiendo, Amalia empezó ha contar como aprendió hacer los.
Hablaba que su mocedad la paso en la casa de Maria Gil, comadre de sus padres, era esta muy diestra con la repostería y de ver se los hacer fue aprendiendo y teniendo igual arte en hacer dulces.
Y ocurría que cuando se ponían hacer prestiños el olor de la fritura, se hacía paso y se iba extendiendo por los corrales de la vecindad.

Quedando en el ambiente la aroma que hacía que las vecinas más curiosotas, se acercaran haber que estaban haciendo.

Las casas, estaban siempre abiertas, solo un gancho lograba tenerlas entre abiertas, cosa que era fácil de quitar, abrir y entrar en las casas, para ver que estaban haciendo.

y pronto descubrían que encima de la mesa camilla había una fuente llena de suculentos prestiños que aun estaban caliente listos par ser enharinados de azúcar.

Que al verlos, alababan,la buena pinta que tenían, ellas se sentían tan alagadas que empezaban a dar aprobar, a todas las que iban llegando y para que no se enfadaran las que no habían acudido le mandaban prestiños.

De forma que la fuente pronto se quedaba bacía y apenas le quedaba para probar ellas y el resto, de la familia. Esto pasaba siempre.

Tanto éxito y halagos, acabo por no agradar a las dos mujeres, que según decían se hartaba de hacer los y se los comían unos y otros y apenas le quedaba para los suyos.

Decidiendo que la próxima vez que los hicieran, para que la vecindad, no tuvieran constancia de ellos, se irían al pajar de Maria Gil, que estaba en la otra parte del pueblo y a si nadie se enteraría.

Cuando llego el día se levantaron al amanecer, aun era de noche cuando salieron de casa, rumbo al pajar, con los avios introducidos en dos baños que se pusieron en el cuadril. y muy sigilosamente se encaminaron al lugar decidido.

Cuando llegaron, el día estaba viniendo y empezaron hacer una gran candela, que una vez pasada, surgieron las brasa y pusieron encima de ella la es trébedes y sobre ella un caldero, que se lleno de aceite.
Amalia empezó, hacer la masa, pero algo debía haber echo mal pues la mezcla no ligaba, y opto para que se consolidara, echarle más ingrediente y a si una y otra vez, pero nada.
Intentaba arreglar el desaliño, y seguía echando, ahora un poquito de aceite, que nada, pues más harina, que no iba, mas azúcar, que no, levadura que tampoco, haber si con más vino esto liga de una vez.

Como no dejaba de echar ingredientes, el baño se fue llenando de masa siendo imposible manejarla y amasar por la gran cantidad resultante.

Cuando Maria Gil había puesto la lumbre a punto y echado la aceite en el caldero, para que se fuera lentamente calentando, fue hacia donde estaba Amali llena de apuros, la cara de Maria, tomo todas clases de variaciones, primero abrió la boca desmesuradamente, la cerro, se puso una mano en la frente, mientras con la otra manoteaba diciendo hay-- Amalia hasta cuando vamos ha estar haciendo, prestiños si la masa que has hecho es para un regimiento.

-Amalia por díos, como has podido hacer esto y no darte cuenta.

-Mira Maria, como ha salido tanta masa y tan buena, vamos hacer prestiños hasta que nos cansemos y con el resto, la repartimos y así no quitamos de dar los prestiños realizados. Dicho y hecho hicieron hasta que se acabo la aceite frita.
Ya era el atardecer cuando acabaron y regresaron a casa, donde tomaron la masa sobrante que estaba en un barreño y se fueron casa por casa de las vecina y familiares cercanos.

Y les decían - mira para que hagáis dulces que tanto os gustan, hemos decidido, haceros la masa y los hagáis vosotras y tomaban un trozo con una mano y dando un tortazo sobre ella para que quedara en el plato que la vecina le sacaba, que quedaban sorprendidas, pues ellas creían, que lo que iban a poner, encima del plato eran los dulces realizados y las caras eran de asombros pues no comprendían al ver la masa sobre el plato.

Amalia y la amiga, después del reparto, en casa, empezaron a reír por la ocurrencia que habían tenido, evitando regalar dulces realizados.
Cuando, lo contaba acaba riendo a carcajadas y medio afixiando se , por la risa, que trasmitía, haciendo nos reír ha todos

Eso si nunca volvió hacerlo, de hay que cuando volvía al pueblo y era invitada por su cuñada Manuela a tomar chocolate, esta le tenia preparado prestiños pues le encantaba degustarlos y recordar lo sucedido.
Continuara…….Isabel Coronado Zamora

martes, octubre 11, 2011

EL CHOCOLATE


ATARDECER EN ALMENDRALEJO (COMARCA DE BARROS)

El chocolate decía Amalía que era "ESPESO Y LAS COSAS CLARAS”

Fue para ella, el chocolate una debilidad, no admitía que fuera claro y le ponía de mal humor, que lo sirvieran mal realizado y cuando así sucedía, se enfadaba
.
Y para demostar que era “agua chirri”, introducía, la cucharilla en la taza y la subía y la entraba en la taza, mientras, decía, “ESTO ES CHOCOLATE”.

No aguantaba que esta delicia, no estuviera bien espesado, y a la autora de la cocción, sin reparo ni temor a molestar, le decía - “que agua chirri" esto no es lo que ella conocía como chocolate a la taza”.

Lo mejor es que la realizadora que la había invitado a su casa, nunca se enfadaba y se reía de sus ocurrencias y lo tomaba a guasa, .
Amalía, decía que uno de los mejores chocolates que había degustado, había sido el del bautizo de su ahijada y sobrina Katy.

En aquella época, en Almendralejo, a las parturientas, era costumbre asequiar con una medía libra o una libra de chocolate (tableta), que era un lujo en aquellos tiempos.
Y es que a la madre de la bautizada, se volcaron en regalarle chocolate y fue tanta la cantidad, que el día del bautizo, se levanto temprano, y empezó a cortar el chocolate en finas laminas, hasta convertir las tabletas en virutas, que fueron fundidas, a fuego lento, y convirtiéndose, en un suculento manjar.

Que todos disfrutamos, acompañados con un biscocho, regalo de un pariente, que era lo máximo en una fista.

Los bautizos, eran cualquier día de la semana, y los asistentes, eran los niños que acompañaban a la madrina. Pues el padre estaba trabajando en el campo y la madre se que daba en la casa realizando el convite.

Como los bautizos, tenía lugar a las cinco de la tarde y amalia una vec en la casa de la ahijada, tomo a la recién nacida de la cuna
La vistió, con el traje bautismal, regalo de la abuela Isabel, realizado por una buena bordadora como fue; Mariana y confeccionado por igual costurera.

Una vez bestda la niña y en sus brazos, la madre, le puso Amalía, la capita del traje bautismal, por encima, del hombro y salieron, dirección hacía la parroquia de la Purificación.

Donde esperaba delante de la pila bautismal, el sacerdote, Don Jesús, que los recivio e invito a que se acercaran y empezó el ritual bautismal.
Finalizada la ceremonia volvieron, a casa, donde al ir llegando, el olor del chocolate, se iba percibiendo y mas al ir nos acercando y abrir la puerta de la casa, el olor era como si quisiera escaparse y volátilmente, buscaba la salida y en su huida, la aroma iba, chocando, con los olfatos que a parpaban con ansias desando degustar el manjar.
Una vez, en el interior, AMALIA, entrego a la cristianada, a la madre, que le lleno la carita de besos.
El padre; José miraba temeroso de expresar, sentimientos, pero contento y jubiloso invito, a los presentes a sentarse en la desvencijada camilla de la cocina.

Don de las tazas de las ocasiones esperaban delante de la cafetera de porcelana, para ser llenadas, del chocolate, humeante, que se colaba, por el chorro, por donde se iba deslizando y llenando, los enormes tazones, que eran colmados hasta los bordes.

La madrina tomo asiento en la butaca de mimbre, algo desmembrada por los años, la arrimo a la mesa y con sus manos regordetas, asio la taza y la puso a la altura de la boca.
Antes, introdujo, la cuchara en el recipiente y la puso de pie, en el chocolate para ver la textura y si estaba espeso.

Mientras, todos expectantes haber que decía la tita Amalia, que levantaba y entraba la cuchara, varias veces en la taza y volteando la , -DIJO-ESTO ES CHOCOLATE- DIGNO DE LA BAUTIZADA-

Y los presentes riendo y contentos, empezaron a migar , la porción de biscochos en la taza, que al ser comido, iban llenando comisuras y partes superior de los labios.
Mientras la madrina no dejaba de decir “ESTO ES CHOCOLATE PARA RECORDAR Y DISFRUTAR “
CONTINARA….ISABEL CORONADO ZAMORA

jueves, octubre 06, 2011

PENSAR Y AMAR ES CONTINUAR JUTO A LOS RECUERDOS

CUENTAS DEL RECUERDO

Amalia, era la encargada de ir al mercado.
Eran fieles a sus vendedores, que siempre eran los mismos para la carne Gaspar, para el queso y chacinas selectas Carmen la del “queso” que es como era conocida.

Amalia iba temprano todas las mañana con una gran cesta, y se encaminaba a la plaza y realizada la compra.

Cuando terminaba, dejaba en su casa la suyo e iba a casa de la abuela con los encargos.
Y aquí empezaba lo de “Siempre” como ella decía.
La abuela matriarcal mente, la esperaba sentada arrimada a la mesa camilla con un motón de garbanzo en la mesa, que sacaba de una bolsista, las legumbres estaban ennegrecías de ser contadas todos los días, y que eran utilizados para realizaba la cuenta del mercado.
Amalia llegaba pausada mente y empujaba, la puerta de la casa,que en cuanto se la movía chirriaba dolorosamente, nunca recibió una mano de pintura y la madera blanquecina se había ido resecando, agrietando y torciendo con los años.

Amalia pesada mente subía el alto umbral y entraba dentro en la vivienda y decía –mama ya estoy aquí.

-Mira te traigo la compra, y continuación se sentaba y decía se me importado tanto y da me cuanto—
-Alto, la cuenta la vamos hacer por parte y di me, el precio de cada cosa.

—Hay mama siempre lo mismo, me tienes harta de tanta des confianza, se me ha importando esto y ya esta-

-A no decía la madre tu me dices el precio y yo echo la cuenta—

-Bueno respondía y empezaba la abuela hacer montoncitos de garbanzos con el coste de cada cosa y así hasta que terminaba de de hachar la cuenta.

Pero no le cuadraba, pues Amalia le decía que era más y era un tira y afloja entre las dos hasta que la madre veía que había contado más garbanzos o menos.

Cuando terminaban Amalia estaba exhausta de tanta porfía y decía, a su hermana – Manola tramé un café y echa le bastante Achicoria y bien dulce y magdalenas, que estoy en ayuna.

Manola ponía en cima de la anafre de carbón, una cafetera en negrecida por las llamas y empezaba a soplar con el soplillo, hasta que tomaba fuerza, el fuego y la cafetera empezaba a dar resoplidos y hervir la meccla y salir se por las comisuras del utensilio, que se iba derramando encima de las llamas que hacia chillar y soltar chispitas como si fueran fuegos artificiales.

El liquido hume ante era depositado en un enorme tazón de china, como decía en la casa, que ponía encima de la mesa.

Amalia con destreza lo arrimaba hacía ella y empezaba a picar muy tranquila mente las magdalenas en el tazón.

Mientras respondía a la madre, que no acababa de estar conforme con la cuenta, e iba introduciendo las legumbres en una volsita para la próxima vez y lo guardaba en una abertura de la falda donde estaba la faldriquera.

Y amalia mientras con la cuchara sopera iba comiendo y asintiendo con la cabeza, pues la madre no acaba de aclararse y le respondía-Si mama, que sí mama.
La calma de Amalia, al responder mientras comía, iba aburriendo a la anciana y optaba por dejarla desayunar, mientras lentamente, se ponía una mano tapando se la boca gesto que era habitual en la abuela.
Y el día siguiente comenzarían otra vez las porfías y desconformidades por las cuentas y compras realizadas.
Nunca vi Amalia alterada ni insultante ni faltar le el respeto a la madre.
Me parece verla estirando los labios y manoteando para hacerse creer lo que decía.


Ccontinuara……..ISABEL CORONADO ZAMORA

miércoles, octubre 05, 2011

TODOS ESTAN EN NSOTROS



MIS TIOS

Cuando comienzo a escribir dejo que las yemas de los dedos vayan marcando las letras que den lugar a que salgan recuerdos y experiencias vividas con dos seres que quise: mis tíos Juan Manuel y Amalia.
Ella fue una persona que me llenaba de confianza por su listeza y buena mujer que era.
Amaba a su familia a veces era recriminada por ello y tal ved, quien lo hacia tenía razón, por su pasión, hacía los suyos, que le hacia olvidar agravios.
Tenía la sabidurí de desprender respeto al oponente, que atraía y le hacia olvidar enfados si los hubiera.
Recuerdo que mi padre siempre que podía le gustaba ir a visitar a su hermana pues le gustaba compartir ideas que en lo político eran iguales.
Las visitas eran al anochecer, cuando este volvía de los trabajos del campo, después de que sé aseaba del duro trabajo, pues le encantaba ir limpito como el decía con su chambrita hecha por su mujer, y su pantalón de pana que el bien decía – Mira Amalia que bien vengo_y ella respondía _pues tienes razón José estas limpio con ropitas planchada y zurcidos los rotos, vamos que estas de dulce_ a lo que este le respondía rápidamente _¡alto ¡ Amalía que a mi los rotos si los hay me gusta llevarlos bien cosidos y discretos, que bien sabes tu que las piezas que madre me realizaba las odiaba y prefería un pantalón raído, pero nunca pieceado y no es que madre lo haga mal sino que no me gustan las piezas—.
Esta conversación, se repetía, siempre cuando llegábamos, mientras esta cosía, ropa de sus hijos.
Mi padre le decía _que haces Amalia, y ella contestaba - echando una pieza a una sabana, -y José le respondía - pues déjalo y hablemos.
Nunca dejaba, la tarea mientras hablaban, sus manos regordetas y llenas de destreza continuaban con la labor.
José con sus bromas, empezaban hablar de la contienda de 1936, de las penalidades y la falta de tantos seres queridos que echaban en falta.

Mi tía era una mujer tan espabilada que sus opiniones quedaron grabadas en mi meten cuando bobaliconamente escuchaba mientras comía los dulces, realizados por ella. Sabores que han quedado en mi palada.
La discursiones eran frecuente entre los dos, pues cada uno creía tener razón cuando uno decía – la guerra fue por culpa de tal_ y el otro respondía, _que no que todo empezó en Asturias, con las luchas de los Mineros_ y así terminaban discutiendo y José zanjaba la conversación, marchando se, mientras ella se levantaba e iba detrás diciendo le -espera te no te vallas así,- pero el muy aireado por llevarle la contraria se marchaba llevándome en volanda.
Nada mas llegar a la gran cuesta de la calle el valle, se iba aplacando y cuando llegaba a casa ya se le había olvidado todo y deseba volver a estar con la hermana que quería tanto, y a ella le pasaba lo mismo, pues al otro día se recibían como si nada hubiera pasado.Rencor que nunca vi en aquellas personas.
Y tengo que decir que cuando le decía a mi padre cabezón tenia razón, pero que nadie se lo dijera pues a los suyos los defendía a “Capa y Espada”
Les escuche que una vez siendo jovencitos, como eran tan golosos, cuando su madre hacia dulces que eran depositados en una gran arca regalo de su “Ama” que cerraba con llave y guardaba en la faldiquera para que no se la quitaran y se comieran los dulces pues en aquella casa eran golosos donde los hubiera.
Pero se valían de maña para comer los.
Y cuando estaban acostados Amalia sigilosamente iba a la cama de José y le decía a este que tenia una gran habilidad para sacar los dulces del arca, _José despierta- este avispado se espabilaba e iban hacia el arca, que tenía una abertura, por donde metían un alambre terminado en gancho y arrastraban las bollas, mientras Amalia le decía_ Las perrunillas no que se rompen-.
Escondiendo debajo de la almohada los dulces, que eran degustados mientras se iban durmiendo.
A la mañana siguiente cuando su hermana Manola iba hacer la cama debajo de la almohada, encontraba el cerco dejado por la bolla, con extrañeza se lo comunicaba a la madre que cuando comprendió de que era, fue al arca y las bollas y magdalenas habían volado………..CONTINUARA........ISABEL CORONADO ZAMORA