Según me contó mi tío Santiago Mariña.

El pilar se surtía de un manantial que aún lo podéis ver eso sí seco pero con piedras a un dentro del paseo de la Pedad, cuya agua iba auna alberca que hubo enfrente de los Mundanos (bodegas Bote) al ladr hoy Magdonal.

 teniendo en cuenta que en este punto había un puente de gran altura para sobre pasar el arroyo cagancha que venía de las Minitas.

Pues bien de este manantial se canaliza y se acuerda hacer el Pilar Nuevo, con sus caños para que se cogiera el agua más igienecamente para llenar cantarillas y cantaros y vestias. Pues las persianas en el manantial no eran muy higiénicas.

El pilar nuevo como fue conocido, Lugo empezó a dar problemas pues en sus aguas había Sanguijuelas y al remodelar toda la zona se hace el paso central que hubo antes que este en el cual había quioscos como los que  hoy vemos dentro de la Piedad.

En estos quioscos echaban jeringas unas hermanas muy buenas personas de razas  gitana estaba enfrente del antiguo bar conocido por El Zara, enfrente de este.

Pues bien una madrugada un camión los fresnos o el sueño del camionero, lleno de mercancía, chocó contra este quiosco y parte del Pilar destrozando anvos.

 

Se redemola la zona, junto con el parque de la Piedad, que en está Zona carecía de Cerramiento, que era donde se celebran la feria de la Piedad.

 Que también se ponían circos y casetas en las inmediaciones de la estación,  tengo fotografía de casetas de las cafetería y pastelería el Danubio.

Pues bien se acuerda que como cada vez había menos ganado y vestía para abrevar a demás del problema de las aguas que se estancaban.

 Hacer la fuente adtual que hoy vemos, su brocal está echo con parte del brocal del pilar, me dijeron, pero el agua que pueda tener no se hoy de que será pues todo está reformado.

Cuento lo que mi tío vivió y me quedo escrito conversado en 1998 con otros amigos suyos que me narraban sus vivencias.

Por las pizarrillas le entran varios arroyos a  la alverca vieja, el Palomino, que  venía de la zona de las pizarrillas atravesaba lo que hoy es el paraíso y formaba que algunos lo habéis conocido incluso vañado en ella,  raro el verano que alguien al vañarse, se ahogaba.

La charca de las pizarrillas que  no eran más que una cantera de siglos, en la cual se había ido extrallendoied piedras, para hacer los cimientos de las casas, se había generado una gran oquedad hoy en día anegada, formando una gran barranca, que ahí entraban las aguas del arroyo Palomino.

Una vez rebasada la gran oquedad, el agua esta salía, y pasaba, debajo, por aún  el puente que sigue empie, nombrado, Palomino.

 No sabemos de qué época puede ser, le queda su uno de sus antiguos pestiles,  pasaba debajo de este puente y salía dirección a la alberca vieja.

Hubo otro arroyo, hoy anegado que venía de la zona de las Cumbres, este se unía con el Palomino que a la vez recibía otro arroyo que pasaba entre los duples del Farron, bajaba por la calle Olimpia más o menos, e Iba a la Alberca vieja.

Se unian al Palomino y los dos que nombró formando la alberca vieja que paraba sus aguas que en un tiempo segun mi ti Fernándo Zamora, que su jefe era dueño de estas tierras debieron ser tierras de huertas, por las canalizaciones que al arar la tierra encontró.

En una de las orillas de la alberca no sabría decirte donde estando con mi tío, en esta zona cogiendo algodón el cual se sembraba mucho en estas partes, se descubrió una tumba, por miedo salí hacia casa y no se el sitio exacto.

Dijo mi tío que había un cadaber,  según los expertos, del momento era de origen Romano, los retos.

 Narraba el, que  fueron tratados con sumo respeto, llevados al cementerio donde fueron enterrados, contaba el.

Dentro de la tumba contaba había más enseres, siendo el persona curiosa pregunto y poco le contestaron si vio dos jarrones que decía el que los habían llevado al ayuntamiento.

El decía pero esto no se si será verdad es lo que le escuché, siendo una niña, el asegurándolo que los había visto encima, en  las dos columnas, que están en el adtual ayuntamiento, segun subes la escalera hacia arriba.

Cómo he comentado, toma el nombre de Charnecal como camino de igual nombre.

El  Charneca nombre de origen Árabe o judío que quiere decir zona de Alcornocales, .

El camino se llama igual.

Todo tiene mucha historia.

De la alberca vieja para adelante tiene la suya.

Lo que pasa es que mi investigación es la que han transmitido mis mayores y los historiadores a esto no lo tienen mucho en cuenta, ha sido duro

CHARCA DE LAS PIZARRILAS

 

LA NOCHE DE SAN JUAN

 

La noche de San Juan contaba Juan Zamora Gómez, la más bellas para él.

Hubo años fría, con resencio, pero el baile alrededor de la fuente de la Negra, le hacía sentir calor.

Sus pies rápidos, dentro de los botos hechos por Domingo del Hoyo, una maravilla, realizados con manos maestras, con piel de cabritilla, cosidos con buen cabo untado en grasa, hacia que los pies dieran salto sin la menor molestia.

La fuente lucia más bonita, adornada con farolillos y una cuanta luz sujetada al palo que servía, para jugar a la cucaña, al venir el día.

A ver qué mozo lo subía mejor, el madero untado de jabón, que, al refregar las piernas, al intentar escalarlo, mientras otros mozos echaban agua con cubos de la fuente sin cesar.

Las gentes los jaleaban, al que intentaba escalar a costa de cargarse el pantalón de pana nuevo, recién sacado del arca, donde era guarda de evento en eventos, que no eran muchos.

Le importaba si le miraba la altiva mujer que había elegido como compañera.

La noche de San Juan como se divertían, el personal sentados alrededor de la fuente, en los poyetes, mientras comían jeringa del puesto de patricio, muy ricas.

El baile, era el que daba un acordeón, desafinada, siempre repetía la misma canción, sones que hacían bailar lo que ellos decían fandangos.

A las seis de la mañana, empezaban a sonar las campanas, daban la señal y los mozos de mulas diestros y valientes, se iban a los pajares de los amos, cambiaban sus ropas del baile por la de labranza.

Ponían a las mulas que eran enormes, jáquimas colleras, albardas cincho, con las brisas pasadas por argollas, pasaban por la jáquima.

Daban agua a los animales, le ponían un morral que colgaban de su cuello, donde en su interior colocaban paja y cebada, los primeros alimentos, a las vestía, mientras en caminaban hacia la parte donde estaba la tilla.

Subir a la mula lo hacían por los varales del carro o del chisme.

Era peligroso ver aquella Juventus después, de  una noche de juerga, calmar su cansancio sobre unas mulas tan altas y grandes además de bravías.

Los mozos de mulas, oficio muy reconocido pues para adquirir experiencia, había que empezar de gañan, un niño.

Era mejor pagado, los buenos muy bien considerados, como (Tres Chica y Juan Zamora)

Hasta llegar a la parte, el sueño los dominaba, con el vaivén la mula cogía, el camino que la mano del dormido, iba hasta dormido llevando a las bestias, que se sabían el camino.

Que personas que se pasaban una vida trabajando des de que amanecía hasta anochecer.

Colocaban los haces, en los carros con tal profesionalidad, que tomaban gran altura colocando con una horca de madera, uno tras otro, trocándolos y con una red, de cuerdas de maromas, con cuatro palos uno en cada esquina de carro de yunta, iba sujetada las redes, donde en su interior estaban los haces.

Solo ellos sabían hacer este trabajo, como Roar, labrar la tierra, donde detrás del chisme, tirado por la yunta de mulas, los líneos eran tan recto como si hubieran puesto una regla, por su precisión y destreza.

Tomaban como referencia un aparejo que llevaba la mula sobre la albarda y por donde pasaban la rienda.

El mozo de mula con su chambra, en verana camisón de rallas, quemado por el sol y su pantalón de pana remendado, lleno de piezas, para invierno, verano y luego dicen que ahora hace calor.

Y su gran sombrero de paja que casi nunca terminaba nuevo en el verano de un año para otro.

Los botos de media caña, de piel de becerro, que cuando se mojaban se volvía, duro con que los pies habría que proteger con calcetines gruesos, remendados, con zancajeras, que pertenecían a otros calcetines, a provechando al máximo, todo lo que se tenía.

Y las polainas, para protegerse de las picaduras de las serpientes.

La historia solo se da cuando se cuenta.

Isabel Coronado Zamora

 Mes de Junio 

P

Uno de junio a la distancia en el presente en el futuro.

 Mes de junio, que decir de este mes.

 Sencillamente el tiempo que pasó tan rápido o qué haya traído un junio caballeroso. Hidalgo con su bastón y su sombrero de copas, nos dice que aquí está él degustando el fin de la primavera y saboreando el principio del verano.

 junio es un señorito elegante, festejado, amoroso, placentero.

 junio es llevadero, es un mes de cara alegre, de principio de verano.

 Refleja el jazmín, el olor a flores, brisa asal, yodo, algas.  junio camina sobre playas y a la vez coges senderos de montaña, se refugia entre olivares y viñedos.

 Su calor hace madurar la fruta y el grano.

 junio es simpático, se ríe sin cesar, es bromista,  pues nos trae calor y a la vez lluvias, tormentas, brisas y aire fresco.

 En San Juan junio en esta noche hará que el viento sople suave fuerte con brisa y nos dará a conocer como será el viento de todo el año nada más que hay que observar el 24 de junio. Siempre nos va a sorprender, porque junio es la tranquilidad del sosiego pero a la vez la alegría y la preparación del fin de curso y vacaciones.

 junio refleja que está aquí porque es un señorito elegante que le gusta veranear en grandes balnearios, en playas, pero es receloso a veces le gusta refrescar y serenarse y acomodarse en sillones y ve pasar su mes, detrás de cristaleras, en un buen sillón porque junio es así.

 Ie gusta estar debajo de una sombrilla, también estar detrás de cristaleras, nunca te puedes confiar al mes de junio.

 Su marcha  es divertida, se rebela y le pide a Julio Díaz para traer el calor que se le olvidó en una percha.

 Pero que hay que recuperar junio coge siempre la simpatía y Julio le da esos días benditos.

 Un más de junio que llegas a mi vida traeme alegrías y felicidad, bien venido mes.

Isabel coronado Zamora